lunes, 9 de marzo de 2015
LA CABAÑA
LA CABAÑA
Creía que ya no existiría, que la habría destruído la lluvia y el viento, las nieves del duro invierno que azotan la montaña... pero sin embargo ahí estaba, todavía conservando algo del esplendor que tenía cuando la construí, ¡es hermosa mi cabaña! fíjate cómo todavía mira con orgullo hacia el norte, desafía a los elementos con orgullo. Padre siempre me daba indicaciones de cómo debía anclar los troncos, cómo clavar los clavos que sujetaban las partes más importantes, los laterales, tenía razón cuando me hacía los dibujos y me enseñaba los esquemas desde diferentes ángulos, así lo hice, como él me dijo que lo hiciera.
Mira cariño, ni siquiera la carcoma se ha asomado a los troncos, huyen de la cabaña, quizás sea por respeto a una construcción tan bien hecha, quién sabe. Recuerdo como si fuera ayer, los momentos felices que pasamos juntos en la cabaña esposa mía ¡que días aquellos... cuanto amor han visto estas paredes vivas!
Tú decías que era imposible vivir en la cabaña, que moriríamos de frío al llegar el invierno, sin embargo después de vivir las primeras nieves de aquel año, todo nos pareció posible, con suficiente leña para quemar en la chimenea no tenía por qué haber problema alguno. ¿Te acuerdas de la cantidad de ardillas que saltaban por entre los pinos? y cuando se rompió el cristal de la ventana de la cocina cortando leña en el tronco de la entrada..., salió disparado el tronco partido, y por poco te da en la cabeza, que susto nos llevamos los dos. Se nos pasó pronto, haciendo el amor bajo el tendedero de la ropa ¿te acuerdas...? jo que días aquellos, nunca nos faltó comida, yo cazando y tú pescando, eras muy buena para pescar, mejor que yo, ya lo creo que sí.
Ya ves, todo sigue igual, tenía muchas ganas de volver a la cabaña, necesita alguna que otra reparación claro, pero no te preocupes, me pondré mañana a ello, y en poco menos de un par de semanas todo estará como antes. Lo primero de todo es ver como está el tejado, habrá que cambiar algunas placas de madera, clavarlas bien de nuevo y luego comprobar que no llueve dentro de la cabaña. Si bueno, ya sé que es bastante trabajo para uno solo, pero no me desanimes que el invierno llega deprisa y si no me pongo ya a ello, pasaremos frío.
Mira, en la parte de atrás todavía queda leña cortada, sorprendente, y es de la que corté yo en su día. Conozco bien la medida que tenían, lo tengo clavado en la memoria como si la hubiera cortado ayer, a la medida de la chimenea. Hasta el tendedero de la ropa está en su lugar, intacto, parece mentira ¿no? La puerta está atascada, ha pasado demasiado tiempo como para esperar que abriera a la primera de cambio. Vamos a ver, ya está, puedes pasar. Perfecto, está todo igual que cuando la dejamos, con polvo eso sí, que te esperabas... voy al coche a por la caja de herramientas y a reparar la puerta eso lo primero, tenemos que dormir aquí, lo primero es lo primero.
Bueno esto ya está, fíjate que bien va ahora, cierra con la llave y todo, no te apures por la cena que he traído pan del día y algunas otras cosas, queso, huevos, leche... en fin lo necesario como para que no tengamos que movernos de aquí en tres o cuatro días. Bastante tendremos con limpiar y poner a punto los cacharros y vajilla, de todos modos he traído la cesta de pic nic de casa, ya sé que no te gusta mucho pero de momento es lo que tenemos más límpio, a punto.
No te preocupes por nada ¿vale? quiero que te sientes o que vayas a dar un paseo, déjame a mí las cosas de la cabaña, tengo que mirar unas cuantas cosas antes de cenar ¿de acuerdo cariño mío? disculpame si no estoy por ti un buen rato, quisiera pero es que si no arreglo lo que hace falta, no estarás a gusto y luego hasta puede que se escape alguna voz, y no quiero tener que discutir por estas cosas, lo entiendes verdad cariño? Anda ve a hacer lo que quieras, yo voy a ver.
Antonio está sentado en la mesa de la cocina, ha sacado de la mochila un trozo de queso curado y corta un trozo de pan de hogaza, está de espaldas al fuego, su cara refleja toda la tristeza del mundo, está solo aunque acompañado del recuerdo de la única mujer a la que ha amado en toda su vida. El candil sobre la mesa de la cocina muestra la imagen del hombre, que ha perdido lo más importante de su vida, a su querida esposa, su vida, desde su muerte hace tres años, Antonio habla a todas horas con ella, sus hijos lo querían meter en una residencia pero él se negó rotundamente. Mi lugar está donde comencé a conocer a vuestra madre, en la cabaña, cuando queráis venir seréis bienvenidos pero nadie me alejará de los mejores recuerdos de mi vida, y mi vida ha sido siempre ella.
-------------------------
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario