ME BUSCO Y NO ME ENCUENTRO
Debería ser más simple de lo que creo, en cambio no lo consigo, sea porque estoy demasiado ocupado en otras cosas o preocupado por otras personas, el caso es, que no soy capaz de encontrarme. Se quién soy y quienes son mi familia, solo faltaría que los hubiera olvidado, pero ese no es el caso. Dicen que cuando más te concentras en los demás más te ol vidas de ti mismo, seguro que es eso lo que me sucede, pero fastidia bastante no saber donde estás y si en cambio donde están los demás.
Puede que buscando en serio pueda averiguar la manera de volver a encontrarme, aunque en honor a la verdad eso no es preocupante, si los demás saben donde estoy ya tengo medio camino recorrido. Ellos, me consta, saben de mi búsqueda, de mi inquietud por volver a encontrar esa sombra que hace mucho no veo, la mía. Confío en ello, de otro modo mi carrera por encontrarme sería desesperada, podría convertirse en una obsesión que me llevaría probablemente a la locura y eso... debo evitarlo a cualquier precio.
Confiar es difícil, sin embargo es necesario, ¿de qué otro modo puede uno vivir? sin confiar en los demás no hay nada, se pierde identidad, se pierde el concepto de ser humano, somos animales sociales y por lo tanto, confiados. La alarma se dispara cuando alguien se acerca con mal propósito a nuestro círculo, necesitamos la protección de los nuestros para poder sobrevivir sin miedos, indidualizar esfuerzos es como querer mantenerse a flote, achicando agua de la barca, remar y gobernar el timón a la vez. Todo en la vida requiere control, y si este control puede estar respaldado por la ayuda que te puedan prestar los tuyos, entonces uno puede decir sin temor a equivocarse que está viviendo en el cielo.
De modo que ya no me preocupa demasiado encontrame a mi mismo, se que soy, se que otros saben donde estoy, también que me observan en la distancia, no hay barreras que dificulten nuestra posición, el mundo se ha vuelto pequeño, mínimo me atrevería a decir. No estamos solos porque quien nos quiere siempre nos encuentra si nos perdemos.
Aquí cabe dar una sugerencia a todo aquel que se busque y o se encuentre, mientras veas tu sombra estás acompañado, cuando eso no suceda, pide a otros que te ayuden a encontrarla, con ella vas tú, sin lugar a duda alguna. Vale la pena pues, no ser demasiado egoista, no conduce a ningún lugar seguro, con la ayuda llega el consuelo, la desesperación desaparece, y nace el nuevo día, rodeado de esperanza.
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