domingo, 15 de marzo de 2015
TODAS LAS ALMAS VIVAS
TODAS LAS ALMAS VIVAS
Nací relativamente cerca del cementerio del sudoeste en Barcelona, es la ciudad de los muertos, con un complejo sistema de calles y hasta de distritos, lleno de estrechas calles que distribuyen en forma de escalera labrada en la montaña, niños apilados unos sobre otros de hasta cinco pisos, contienen creo que cientos de miles de almas. Desde niños que no tenían porqué estar ocupando un lugar en ese fantasmal lugar, hasta hombres y mujeres que sufrieron una muerte prematura y que injustamente están allí, ¡con la falta que hacían en sus casas para poder terminar de criar a sus familias, dar estudios a sus hijos y que de pronto, la muerte les sobrevino como un mazazo que truncó sus esperanzas!
He paseado por el tremendo cementerio, unas veces de forma obligada, allí están enterrados mis seres queridos, abuelos y padres, los dos murieron con determinada diferencia de años, pero en cualquier caso, fue en su día, una pérdida tremenda. Lloré por ellos mucho, pero mientras estaban en vida, veía cómo sus vidas se apagaban y esto me causó un gran dolor. Quizás esa sea la razón por la que cuando los estaban sepultando no solté ni una sola lágrima, murieron con la esperanza de volver a ser humanos de nuevo en otras circunstancias, sus creencias religiosas les daban esta esperanza.
Apunté en mi agenda el nombre de la calle donde juntos reposaban, el número de nicho y el distrito donde se encontraban, quería volver a visitarlos, no para traerles flores no, solo para saber en que estado estaba el lugar donde juntos descansaban. Creo que los muertos descansan, entran en un estado de ensoñación, en espera de que alguien se acuerde de ellos, dios probablemente, no sé, es una idea que se me pasa por la cabeza, aunque por otra parte, pienso en las muchas cosas que dios tiene entre manos hacer para los vivos, dicen que es todopoderoso y omnisciente, eso bastaría para que se acordara de mis padres, y de otros muchos que murieron, desconociendo sus planes de futuro.
Por otro lado, he hablado con mucha gente, que creen a pie juntillas que los espíritus existen y que nos recuerdan y hasta que nos visitan y se nos aparecen, bueno en esto no puedo ayudar a nadie, sería hablar de algo que desconozco, que ignoro, porqué lo que es a mí, nadie se me ha aparecido ni para lo bueno ni para lo malo. Es posible que entre ellos, es decir entre los que están enterrados en el cementerio, tengan conversaciones, charlas y que hasta discutan de sus cosas, viven en el mismo barrio de manera que si hay espíritus, ellos entre si deben de discutir sobre asuntos sobrenaturales, de los que no alcanzo a entender y en consecuencia a opinar.
Lo positivo de todo este drama que envuelve como siempre a la muerte, es que muchos se acuerdan de los suyos, pase el tiempo que pase, que no es necesario que sea el día de todos los santos para llevarles flores, los llevan dentro del corazón, viven en cierta forma gracias a ellos, de manera que los ven como almas vivas, que los alientan y los impulsan, a seguir vivos para terminar lo que ellos no han podido hacer. Desde este punto de vista estas almas muertas vivifican a los demás, tocan involuntariamente determinados resortes que los mueve a seguir adelante, a ser más y mejores personas, recuerdan las lecciones que esas almas muertas les dieron, y cobran impulso.
¿Es exagerado decir entonces que son para muchos de los que quedamos aquí esperando nuestra hora almas vivas?
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