DIOSAS
¡Ya lo creo que lo son...! de quienes hablo es de las madres, de las esposas, redentoras de la familia, constructoras de la colmena, reinas poderosas de las criaturas que viven bajo su cuidado. Son diosas, no tan solo por ser adoradas por aquellos de quienes dependen de ellas, también tienen una labor añadida a la propia de ser madres y esposas, han de enseñar a los que están bajo su cuidado a ser como ella, personas que en futuro sean deseables, adoradas a su vez por otros.
Edifican sentimientos y emociones en todos aquellos que se acercan buscando su ayuda y consuelo, son el alma de de este gran castillo que puede llegar a ser la familia. Su esfuerzo es sincero, sus ganas de luchar inacabables, trabajan hasta la extenucación con tal que todos dentro del hogar, tengan lo necesario, y a poder ser, un poco más de lo exigible.
En lo que a mi corresponde, puedo decir que mi madre cumplió con todas las expectativas que esperaba de ella. Cuando chico no percibía más que el tierno calor de su cuerpo, estaba junto a mí en todo momento, me lavaba, me daba de comer, me acariciaba y jugaba conmigo, esas cosas dejan una huella profunda dentro de la persona, los hijos debemos estar profundamente agradecidos por todos estos cuidados, que son insustituibles.
Fuimos creciendo mis hermanos y yo, pero siempre sentimos su calor, una sonrisa a veces era suficiente para notar su apoyo, ¿cómo no adorar a una madre de estas características? Incluso a medida que fuimos independizándonos, seguía nuestros pasos, nos dirigía, nos aconsejaba. Al igual que otras madres que se dicen a si mismas... Esla última oportunidad para darles consejos, a partir de ahora van a tener que arreglárselas solos, ya he hecho por ellos todo lo que podía hacer.
Esas diosas merecen estar en un lugar especial, ser consideradas como lo más grande, lo más importante dentro del desarrollo de la humanidad, sin ellas, sin estas diosas la vida no tendría significado alguno.
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