lunes, 30 de marzo de 2015
LA MEMORIA DEL CORAZÓN
LA MEMORIA DEL CORAZÓN
Elimina los malos recuerdos, recuerda y magnifica los buenos, así, gracias a esa maniobra interna y extraña, logramos sobrellevar el pasado. Las cicatrices que dejan todas estas funciones múltiples de nuestro corazón, nos dejan huella, una huella inextinguible que podemos palmar poniéndonos la mano sobre el pecho. Notamos la aceleración que este sufre, esa taquicardia pasajera que nos hace recordar.
Si es malo lo que sentimos, malos recuerdos del pasado, la memoria del corazón asiste de forma irregular a esa mirada retrospectiva, sin expectación, con indiferencia. En el caso contrario, si tenemos una expectativa buena, volver a retomar recuerdos que dejaron una marca indeleble en lo más profundo de nuestra alma, nuestro corazón se alborota, se impacienta, sí, se acelera perfectamente sincopado, armoniosamente discurre y canaliza sus pálpitos, hacia esos gloriosos recuerdos.
El fin es, sobrellevar el pasado, todo el conjunto de cosas, de sucesos acontecidos que han marcado nuestros pasos. Muchas veces acertados, otras menos exitosos, pero al fin y al cabo, andados, vividos, experimentados a fuerza de vivir. Ese es el propósito de la memoria de nuestro corazón, hacernos ver con la mejor perspectiva posible, si lo que estamos a punto de llevar a cabo es positivo, o por el contrario, si la decisión nos va a llenar de dudas.
Nada inporta, todo importa, depende de lo hábil que nuestro corazón entrenado nos indique. Esa es principalmente la razón del porqué se tiene que vigilar muy de cerca.
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