viernes, 6 de marzo de 2015
SUEÑOS
SUEÑOS
Siempre soñamos cosas, siempre, unas veces son sueños reales de esos que se viven en primera persona, otros son sueños raros, soñamos con personas y cosas que conocemos pero no las emplazamos ni en un lugar definido ni aparecen las caras de los protagonistas, en cambio sabemos de quién se trata.
Los sueños son la leche... yo he ido a la guerra gracias a los sueños oye, además sin correr peligro alguno, nunca me han matado y esto mola mucho. otras veces he toreado morlacos de quinientos kilos o más vestido de mecánico que era mi oficio, mecánico tornero. Me han sacado a hombros de la plaza y me han hecho fotos, me han pedido autógrafos, y hasta algunas mujeres me han pedido que les hiciera un hijo. Hay que ver lo que son los sueños... una vez me desperté jodido, soñé que reclamaban a mi mujer en una habitación que estaba llena de tíos desnudos, yo estaba en un rincón sentado, observando, entró ella vestida con un traje de esos que llevan las bailarinas árabes, meneando la cintura como si se tratara de un cascabel, después de bailar un rato todos se tiraron hacia ella y se dejaba desnudar para entregarse a aquella jauría de hombres babosos.
Otra vez soñé que era un cruzado, ya ves tú, yo que no creo ni en cruces ni Cristos y allí estaba, ayudando a reconquistar tierra santa, que entonces estaba en manos de los infieles árabes. Bueno ellos nos llaman a nosotros infieles, quién tenga o no razón, ya es otro cantar. El caso es que me estaba peleando con Saladino, si señor, el mismo. Bueno pues como yo no tengo práctica con la espada y él llevaba una citamarra de esas que son curvadas vamos, me ganaba, yo acojonado retrocedía y cuando me quise dar cuenta estaba en el borde de un precipicio, miré hacia atrás y Saladino aprovechó este gesto para asestarme el golpe de gracia, no me irió solo me empujó. Mira, caí hacia atrás, al vacío y cuando estaba a punto de matarme me desperté con un susto del copón, sudando y temblando de miedo.
Una noche me acosté preocupado, relativamente, por un reportaje que vi en la tele sobre los desahuciados, vale, pues soñé que me echaban de mi casa y vivía en la calle dentro de una caja de cartón que estaba al lado de un contenedor, de un frigorífico. Me dije... coño que suerte has tenido nene, en esta caja estarás de coña, venga abre el brik de Don Simón y echa un trago para celebrarlo, poco me duró la celebración, llegaron unos gamberros que deramaron gasolina sobre la caja y le prendieron fuego. Salí echando leches, corrí como un poseso, huyendo de aquellos bárbaros y poco después, subía de dos en dos las escaleras de mi casa y llamaba a la puerta suplicandole a mi mujer que me abriera porque no tenía llave. Tras de mí, subían las escaleras los golfos que me querían quemar vivo, a punto de alcanzarme estirando los brazos, me despojé del abrigo, se lo dejé caer al menda que llegó primero y en ese instante se abrió la puerta, entré resollando, casi sin poder respirar, me eché a los brazos de mi mujer y me despertó dando un grito. ¿Pero que te pasa chico...? me has dado un susto de muerte.
Sueño mucho, no sé si ir al médico para consultarle, pero mejor que no, es capaz de recetarme algún somnífero o un hipnótico para que descanse mejor. ¿Sabes? prefiero soñar aunque las pase putas algunas noches, otras veces no me lo paso tan mal, sueño cosas bonitas, como cuando de recién casado no parábamos de amarnos mi mujer y yo, estos sueños son guapos, y os digo una cosa, a veces por ser tan reales, me he despertado con un ánimo y una alegría desbordantes.
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