viernes, 27 de marzo de 2015
LA CIENCIA DEL LLANTO
LA CIENCIA DEL LLANTO
Mira que me lo he preguntado miles de veces... ¿cómo es que he llorado como si se me fuera la vida cuando se murió mi perro Sandro y sin embargo no solté una lágrima al morir mi madre? No sé, es muy extraño eso que me dices... a mí se me muere mi madre y me quedo hecho una mierda, creo que lloraría hasta reventar, será porque tu tienes madrastra y te has llevado muchos palos de ella. Que no hombre que no, que te digo que miro la cara de mi perrro y ya solo con verme los ojos, sabe lo que quiero, lo mismo que él no te creas, me mira a veces con unos ojos de atención tensa, da un ladrido y ya sé lo que quiere, ¡Ostia si se me muriera...! Tío, yo creo que eso de llorar más o menos por alguien que se muere, no es lo más esencial, hay cosas mucho más importantes en la vida, querer a los vivos mientras están entre nosotros. Estoy de acuerdo en esto, pero el problema es que, cuando más los quieres más los lloras luego, eso pienso yo.
No son de esos amigos que cuando se ven después de currar van a tomar un par de quintos y hablan de coches o la temporada de formula uno que acaba de comenzar, ni de fútbol, hablan de cosas serias, se siguen la corriente mutuamente cuando uno de ellos saca la conversación de algún tema. Manolo hoy, está interesado en saber si hay una ciencia del llanto, si alguien ha estudiado sobre el tema y ha sacado determinadas conclusiones científicas sobre este asunto. Después de esta breve conversación inicial, se han marchado a casa de Alberto y se ham metido en Internet, buscan indagan la opinión de expertos sobre el asunto, pasan de uno a otro servidor pero lo único que encuentran son opiniones en los foros, opiniones para todos los gustos, pero nada concreto que defina que se llora por determinados motivos. Todo son especulaciones, ¿se puede aguantar que haya quién llore porque se ha muerto una golondrina de las que cada año emigran, y que se ha caído del nido que tienen debajo de un voladizo del balcón? hombre... eso es el colmo, tío si se marchan en cuanto termina el verano y no las ves hasta que está bien entrado el calor, el siguiente año.
Pues ya ves tú, hay quién se ve que acumula el llanto todo el año el llanto hasta que le llega un motivo cualquiera para soltrar todo el lastre. Hay gente para todo, tanto Alberto como Manolo se asombran ante tan magnífica reacción. ¡Será que no hay motivos durante todo el año para estar tristes y llorar por millones de cosas!
Oye ahora que pienso... ¿no será que la gente hemos perdido el auténtico sentido de las cosas importantes de la vida? yo sé de personas que han ido a entierros de seres queridos y no han derramado una sola lágrima, y no es porque estuvieran enfermos los finados, chicos que han muerto en un accidente de moto o coche, jóvenes tú. Pues si que es raro, ahora que lo dices, hace de eso poco menos de un año, fui al entierro de un amigo de mi padre y oye, la viuda consolaba a la familia que vinieron de fuera al entierro. ¿Lo ves? lo que yo te diga, que reacciones más raras..., no me digas que esto no es raro, a no ser que ya no se llevaran bien entre ellos, a lo mejor la mujer sabía que él tenía una amante, ve tu a saber. O lo contrario, podía ser que la palmara de un ataque alcorazón el pobre hombre porque se enterara que ella salía con otro, u otros, ¿quién puede saberlo...? solo ellos dos.
Cuando conversan de asuntos tales, que nadie piense que dejan las cosas en suspenso, de eso nada, trataban de sacarle punta al lápiz, es decir, hasta que no concluían todas sus pesquisas charlaban y opinaban, unas veces de forma acertada y otras menos afortunadas. ¿Sabes que te digo Manolo...? que por mucho que hablemos al respecto, no sacaremos nada en claro, la gente somos como somos, unos guardamos los sentimientos y las emociones como si fuéramos una caldera acumuladora, y luego, de forma espontanea explotamos, bien sea por la muerte de un canario que uno tenga en una jaula, o al lado de una tumba de un ser querido. Es verdad chico, ahora que dices eso, me acuerdo de un amigo de mis padres, que después de la muerte de su mujer, al cabo de unos meses murió él oye. El caso es que estaba sano como un ajo, no tomaba nada, no era hipertenso ni padecía ninguna enfermedad coronaria.
Nada, que han llegado a la conclusión de que el llanto surge como una fuente de lo más profundo de las personas como si se tratase de una fuente incontrolable, por seres bien dispares, por motivos impredecibles, por causas que los propios psiquiatras desconocen, si es cierto que lo explican de alguna forma, ¡que remedio les queda! son los expertos en estos temas, pero lo cierto es que desconocen en el fondo la ciencia del llanto, solo sirven en estos casos, para consolar alos que sufren por estos motivos.
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