jueves, 14 de julio de 2016

EL DIABLO FUE AL MAR

                                                         EL DIABLO FUE AL MAR

Para hacer eso, lógicamente tuvo que subir del lugar que ocupa como su morada. Estudió el lugar por el cual iba a aparecer y escogió un mar, el Diablo también tiene sed, al aparecer en mitad de una masa tamaña de agua, no se le ocurrió otra cosa más que beber agua del océano, evidentemente, al ser un dios desterrado a los infiernos no tiene las mismas necesidades que cualquiera de nosotros. De manera que se puso a beber, su gran boca, su gran sed, su grandeza como Diablo que es, no le hizo distinguir entre el agua dulce y la salada del océano y bebió hasta saciar su sed, pero algo dentro de él le decía que estaba equivocado.
Su error fue subestimar el poder de Dios quién hizo que la Tierra fuera para todos, a excepción de él claro está, no tenía por qué abandonar el lugar adonde se le había confinado.
Este pequeño cuento, explica que no podemos ni debemos tratar de ser aquello que no somos, todos tenemos nuestro lugar en el mundo, la Tierra se hizo para el hombre y la mujer, para que todos viviéramos en paz y armonía a pesar de que siempre hay alguien que juegue a ser dios y quiera cambiar lo ya establecido. No podemos ni debemos cambiar nada de lo que ya conocemos, si acaso lo único que podemos hacer, estamos autorizados a hacer, es tratar de entendernos unos con otros, sin peleas, sin ansias de poder, solo con el propósito de hacer de este lugar eminentemente salado, un lugar apacible y dulce que las amarguras ya llegan solas.


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