sábado, 30 de julio de 2016

FREDO

                                                                   FREDO

Gran amigo este Fredo, es, además de un trabajador incansable en todos los ámbitos de la vida, un tío que todo, absolutamente todo lo hace regido por la lógica. Dice que sin la lógica las cosas carecen de sentido, que no tienen razón de ser, que todo aquello que hacemos y decimos, no deberían basarse supuestos sino en la lógica. Eso explica el porqué de la naturaleza de nuestra amistad, mi nombre es Lolo y muchas veces cuando discutimos sobre argumentos en favor o en contra de determinadas ideas o acciones, terminamos discutiendo de verdad, es decir… enfadados. Yo trato de explicarle que cada cual tiene su propio criterio de muchas de las cosas que suceden a nuestro alrededor, y él por su parte me contesta que ese asunto es respetable pero no definitivo, “Hay gente muy loca por ahí…” me dice en ocasiones y tiene razón. Pero ¿Qué es lo que hay que hacer con ellos, pasarlos por una trinchadora y hacer hamburguesas con ellos? Viven entre nosotros y hasta es posible que los demás, que nos conocen bien, piensen que estamos como cencerros.
Fredo es de los que cuando no entiende un asunto o no capta la lógica de algo, lo denuncia sin más, no son pocas las veces que ha tenido razones hasta con la policía por tener esta forma de pensar. Yo, por mi parte lo defiendo dentro de los límites que él mismo impone… “Vale ya, tú no te metas que esto es asunto mío y de nadie más” ¿Qué puedo hacer más que retirarme como un simple observador dispuesto a ver el espectáculo que se forma? Muchas veces he pensado que a Fredo le gusta la contienda más que la discusión, pues  pone la misma pasión y el mismo empeño en conseguir tener la razón, que en conseguir ser escuchado con interés por alguien, sea que este vaya a debatir con él o no. Tiene una máxima que está por encima de cualquier otro motivo que lleve a los humanos a vivir, y es que, no importa  lo que haga y lo que diga cualquiera, si está convencido de que es la vía por la que debe ir, por lo menos está obligado a intentar a ponerse en marcha y tomar el camino decidido.
A lo largo de la vida, mientras he tenido a Fredo como amigo y vecino allegado, he aprendido muchas cosas de él, que la vida no tan solo no es fácil sino que se va  complicando a medida que lo que debemos e hacer es más rutinario y hasta más cómodo. Es entonces cuando corremos el peligro de caer fruto de las tentaciones de la obviedad y la sinrazón. Hace bien poco tiempo atrás, que necesitaríamos más Fredos para por lo menos poder contrastar las cosas, esforzarnos por verlas como las ve él, con la lógica que todo razonamiento debería estar acompañado. Poco importa si es o no muy importante lo que decidimos hacer o decir, lo importante es que se, sostenga con un breve razonamiento que lógicamente debe ser aprobado por una gran mayoría.


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