sábado, 30 de julio de 2016

FRACASÉ QUERIENDO SER TAN POSESIVO

                                      FRACASÉ QUERIENDO SER TAN POSESIVO

Y seguirás fracasando… es de lógica aplastante, puedes tener los medios para poseer muchas de las cosas que pocas otras personas puedan obtener, puedes llegar a ser el centro de atención del mundo por tener la casa que nadie puede imaginar, construida por cuatro o cinco arquitectos diferentes aunque  trabajando juntos, ¡imagina que logro sería ese…! Lo que no puedes evitar es, que estas cosas, fabulosas eso sí, dejen de ser posesiones, y si hay algo más vano  más inútil en este mundo son las posesiones.
Ya casi nadie se sorprende cuando por televisión, se anuncian sorteos extraordinarios de millones de euros que pueden ser tuyos con solo gastarte veinte euros en un boleto, ¿habrá algo más bárbaro que eso? la mente no deja de barruntar de qué manera puede uno vivir sin trabajar, y hasta si me apuras, no tener la necesidad de vivir, soportar, a la misma mujer durante toda la vida. Luego los que lo tienen todo, entre comillas, van y se mueren, ¡pues mira tú que bien…! Ahora le pasas la patata caliente al vecino de al lado que bien pudiera ser una persona de tu propia familia, o incluso varias personas capacitadas para administrar esas posesiones.
La posesión, el eterno afán del mortal que al ser miope, no se da cuenta que está mirando un espejo sin fondo llega a ser auténticamente, un espejismo. ¡Hoggg… me gustaría revolcarme toda la vida en la arena del desierto! De coña, te sacas un billete a Casablanca o a Argelia, o al desierto del Gobi oye que dicen que es muy chulo. Vas y te quedas allí hasta que te mueras de sed, y si no te jodes, no haber sido tan ambicioso, haber sido un poco más sencillo y con unos eurillos de nada, te sacas un billete a Benidorm y te pones a jugar allí con un cubo y una pala haciendo castillos de arena.
¡Venga ya, que estamos un poco cansaos de tanto tocapelotas pensando que teniendo mucho, uno va camino de ser un dios o algo por el estilo!
Confieso que a lo largo de mi vida he querido ser demasiado posesivo, todas las tías me han gustado siempre, claro, si tienes medios para seleccionar pues lo haces y llegó un momento que me vi como un pobre desgraciado, saltando de flor en flor con los problemas consecuentes, que no os quiero cansar ahora y contároslo todo, porque a lo mejor tirabais el ordenador por la ventana, todo se andará, que para todo hay un tiempo bajo a capa del sol como en su día dijo Salomón.
Sin contar a largo plazo, tú te pones a pensar en las cosas que has deseado y no has podido llevar a cabo en un día… y te frustras macho, eso es así. Si trabajas mucho porque no se debe trabajar tanto, si trabajas a tu aire… te dicen que el aire lo vayas a tomar a Sierra Nevada, las cosas van de este palo, no quieras ni atrasar las cosas ni adelantarlas por el puro placer de poseer más cosas, ese afán mata, se lleva por delante millones de vidas de personas, que queriendo poseer no han podido llevar a cabo su propósito y la espichan con una última palabra, más que palabra pequeña frase en los labios. “Me cago en todo… por un pelo no he llegado a tenerlo todo”
¿Qué todo pobre diablo, si el todo ya lo estamos disfrutando sin tensiones y sin prisas viviendo como lo estamos haciendo ahora?
Lo que debe suceder, también puede ser, es que estemos mal aconsejados, aquellos que no han podido tener nada, es decir, ni una sola experiencia que te pueda orientar de cara a por ejemplo un viaje que quieres hacer.  ¿Qué vais, en avión…?madre mía ya me lo contarás cuando estéis en mitad del Atlántico los zambombazos que da el avión, vais a flipar en colores. Vamos a ver, ¿tú te has subido alguna vez en un avión…? Pues calla la boca animal y deja que la gente disfrute de su puente como le salga de allí, no envenenes hombre que esto jode un montón y más cuando viene de alguien que ni siquiera se ha subido en un avión del tiovivo de la feria del pueblo.
Tener el ojo sencillo es muy útil a la hora de saber qué es lo que quiere uno, tener una buena dosis de paciencia también ayuda a no precipitarnos, y ante todo y sobre todo, el tener la seguridad que cualquier cosa que tenemos a nuestro alcance es gracias a que no lo consideramos como una posesión solo nuestra.

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