POLIFACÉTICO
Sabe de todo, es la leche este tío.
Como reza el dicho… lo mismo te plancha un huevo, que te frie una corbata. Es
un tipo de esos, a los que todo, cualquier trabajo, le viene bien. Soy testigo
de verle levantar pequeñas cuadras y anexos a determinadas casas, de hacer
bicicletas con cajón delantero para transportar mercancías. Hasta hubo un
tiempo en el que tuvo una parada de libros viejos en un mercado semanal que se
lleva a cabo en el centro del ensanche. Uno de esos domingos en los que apetece
pasear bajo el sol de la ciudad. Y gozar del bullicio de fiesta que se respira, viendo a las familias pasear por los parques y
avenidas, menos transitadas de coches que de personas, ¡qué coño es fiesta,
dejemos el coche aparcado en el garaje de casa o en la acera de la calle, más o
menos cerca del portal de casa y salgamos a caminar, a recorrer la ciudad! A mí
personalmente me da vergüenza que alguien me pregunte por determinada calle y
no saber contestarle como llegar, claro, resulta que la calle por la que nos
preguntan está justo detrás de la nuestra y además es particularmente popular
porque no tiene salida, va a parar a un patio lleno de pequeñas casitas bajas
construidas durante la posguerra, precisamente en lo que ahora era el patio
cayo el obús que causo un montón de muertos y heridos.
¡Hombre Juanito…! ¿Qué haces tú por
aquí tío? ¿Cómo, además de todo lo que
haces, de los trabajos que tienes durante la semana, también te dedicas a
vender libros viejos? Que quieres chico, era una ocasión que no podía dejar
escapar, al principio trabajé para este hombre por un salario, pero el hombre, ya,
con la piernas vendadas, no podía ni arrastrar el carro, de manera que me ofrecí
yo para llevar el negociete y trabajar a porcentaje. No me va mal porque si
eres un poco vivo y sabes captar el interés de la gente, les acabas vendiendo
aquello que quieres tú, al cabo de unas semanas vuelven y te agradecen el libro
de cuentos que le recomendaste para los niños, otro libro que cae. Es un
negocio que funciona de boca en boca de los propios clientes.
Entonces, lo de alquilar lavadoras
por las casas ya lo habrás dejado ¿no?
Que va, mira, ahora tengo a diez fijas que me piden les lleve las
lavadoras, va bien porque no son muy pesadas y hasta son facilísimas de
reparar, tengo media habitación de casa llena de recambios de la casa Bru, vale
la pena, sale a cuenta.
Si te esperas aquí conmigo, recojo
y nos tomamos unas cañas en Cal Tomaset, ¿Qué te parece? Hombre no tengo prisa
es domingo y el encontrarte ha sido toda
una alegría y una sorpresa para mí. Es
que tengo que compartir una confidencia con alguien y que conste que tiene que
quedar en esto en una confidencia, ¿puedo contar contigo para este asunto? Por supuesto que sí, lo que me digas quedará
entre tú y yo, palabra. Al rato, ya sentados en el bar, con los bigotes llenos
de la espuma de cerveza Moritz, Juanito le contó que estaba a puno de
comprometerse con alguien, era una chica de clase humilde como él, currante como
la que más, era lavandera y las horas que le sobraban, el día que podía que
eran pocos, se dedicaba a planchar la ropa de las casas de la gente bien. Oye, me parece bien, que ya es hora que encuentres
a alguien como tú, trabajadora y que además, os avengáis en lo que respecta al
trabajo. Es una muñequita Esteban, ¡si la vieras…! Tiempo habrá para que me la presentes y
podamos charlar.
Estoy pensando en algo que te puede
parecer una tontería, un capricho de la vida. ¿A qué te refieres? A que es curioso
como las personas que son las más entregadas en la vida son las que tienen las
mejores recompensas, vosotros dos un claro ejemplo de este asunto, hubiera sido
poco probable que os hubierais conocido sino hubiera sido por el trabajo, ¿me
equivoco? Pues mira yo no había caído en esto pero es verdad, estaba la chica,
Montse, planchando mientras yo estaba cambiando el cristal de la ventana de la
cocina, de pronto ¡CHASSS! Saltaron los plomos sin saber por qué, dediqué
bastante tiempo en localizar la avería, venía precisamente del cable ya
bastante machacado de la plancha. Montse no dijo nada ¡pero se llevó un quemazo
en la mano la pobre!
Al salir de planchar yo estaba en
la calle esperándola, al verme me sonrió y no fuimos a dar una vuelta y a tomar
mi primera Coca Cola junto con ella. Y eso, hasta ahora… Juanito te mereces lo mejor del mundo en todos
los sentidos, espero que seáis muy felices juntos, ¿hay planes de boda a la
vista? De momento nos conocemos, hablamos de las cosas que nos gustan y las que
no, eso nos hace estar más juntos cada vez. Tenemos una ventaja añadida a esta
relación, ella no tiene a su familia aquí lo mismo que yo, que excepto de mi
hermana pequeña ya casada no tengo a nadie que tenga que aprobar o desaprobar
nada de lo que decidamos hacer en el futuro.
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