miércoles, 13 de julio de 2016

VE, CORRE Y DILE

                                                             VE, CORRE Y DILE

Para este asunto del que voy a hablar, no importa que suceda en una gran ciudad o en un pequeño pueblo de provincias. Todo cuanto pasa y todo cuanto se dice tiene sus repercusiones, el motivo es sencillo, todo el mundo tiene móvil; esos teléfonos miniaturizados, pero que cuentan todo aquello que uno quiere. Hace un par de días, sentado en una terraza, la única que hay en todo el pueblo, sonó de pronto una música escandalosamente fuerte, una abuela de no menos de ochenta años, madre de la peluquera del pueblo se sacó del bolsillo de la falda un teléfono móvil.
¿Pero y eso cuando ha sido (preguntaba la vieja a su interlocutor), no puede ser si yo la vi ayer con su marido repartiendo las bebidas como siempre con el camión? Ya después de eso ya no presté atención al resto de la conversación, pero por lo que el propio bodeguero dijo a los presentes, la tal Benita había dejado al marido y se marchó con un tratante de neumáticos usados, al principio nadie creyó en esta habladuría, el asunto se enfrió hasta que volvió el repartidor de las bebidas, estaba alicaído, triste y mal arreglado.
El bodeguero que es un tipo de cuidado a la hora de hurgar en las heridas morales en este caso, le preguntó sin más por Benita. La echo de menos porque en primer lugar trabajaba más que tú y en segundo lugar porque está más buena que aquí, el figura repartidor. No se inmutó, calló, le pasó el albarán de lo que había dejado en el bar y se fue con viento fresco a seguir su ruta habitual. Luego se supo, en los pueblos se sabe todo y más cuando la gente va y viene de los pueblos a la capital, que el tratante de neumáticos la amaba desde hacía tiempo, que se habían visto en muchas ocasiones, y que hasta un amigo del tratante de neumáticos que era pastor, les había prestado su casa para que hicieran sus cosas, el pobre vaquero era viudo y desde que murió la mujer dormía con las ovejas. Uno oye estas cosas y nos las cree, no es habitual escuchar estas historietas propias de TBO, pero suceden, y más cosas que la gente no comenta por temor a determinadas represalias pero que pasan, y tal vez, algún  privilegiado, amigo del amigo de aquel amigo, sepa ciertamente de que va el tema.
 Es complicado, los seres humanos si tenemos ganas de joder la marrana, vamos y la jodemos, y lo bueno es que luego nos quedamos tan anchos… Mira, una familia que tienen casa en el pueblo de segunda residencia, cuando llegan a última hora de la tarde con las luces ya encendidas del coche, encara el coche en la casa y casi al instante, sale la vecina de enfrente con las llaves de la torre para abrirles la puerta, ¡la puerta…!, si solo le abriera las puertas bien iríamos, lo otro es lo peor. Que con el rollo de que va a regar las plantas que están muy secas porque ha hecho mucho calor esta semana, allí mismo en el césped le pega un repaso que la deja sin aliento.
Claro, de esto, nadie sabe nada salvo Clio, amiga de Vero que es a la única que se lo cuenta, ¡imagínate si quedara preñada…! Menos mal que ellos usan Durex del más fino que hay en el mercado y del más fuerte dicho sea de paso.
Se hablan cosas, se dicen asuntos que no son ciertos, se esconden acciones inmorales… ¿Qué quieres…? La historia de la humanidad contada en retazos.

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