LA COLECCIÓN DE PAÑUELOS Y
SOMBREROS
Antes veía con cierta reticencia
el uso que muchos les daban a los sombreros y pañuelos, ahora lo veo de forma
totalmente diferente, yo soy uno de esos que usan constantemente sombrero y
gorras para cubrirme la cabeza. La razón es sencilla, a las personas que
tenemos cáncer no nos puede, o nos debe tocar el so ni en la cabeza ni en la
cara, tenemos que depender de cremas diariamente, para hidratar la piel que queda
afectada por los efectos de la quimioterapia.
Hay mujeres que no saben salir de
sus casas maquilladas y llenas de coloretes para esconder los defectos de su
piel, pues bien, nosotros no lo hacemos con ningún fin estético, lo hacemos
porque estamos obligados a cuidar la piel, para que no parezcamos chicos con
acné juvenil y de ese modo agradar a las chicas, o a cualquier otro ser humano.
No somos leprosos, ni siquiera se
nos nota cuando ponemos atención a estos cuidados básicos, pero hay que se
constantes y consecuentes con lo que tenemos. Es una enfermedad que te va
minando por dentro, que va devorándote, aunque en honor a la verdad, cada día
que pasa, se van descubriendo nuevos avances, que hacen que este mal vaya
progresando de forma más paulatina, esperamos los que padecemos esta enfermedad
que algún día se nos diga que ya se ha descubierto determinado elemento para
poder parar esta lacra como es el cáncer.
No es un consuelo para nadie ver
a chicos de dieciocho años, cinco horas, con un vial puesto en el catéter, para
meterles en el cuerpo un veneno, que no hace otra cosa que combatir otro veneno
que va carcomiéndote por dentro. ¡Pero somos tantos los que estamos en esta
situación…! Es difícil escoger quién o
quién no, merece que se le prolongue la vida por estos métodos. Lo cierto es
que cuando vamos todos los enfermos a analizarnos la sangre para ver si se nos
puede o no enchufar a la máquina, nos conocemos unos cuantos, ¡somos tantos los
que formamos la fila de enfermos de cáncer que en ocasiones se te pone la piel
de gallina!
Te preguntas interiormente…
¿tantos enfermos hay de cáncer como que se formen estas colas? Pues sí, las
hay, y los que vienen detrás a los que no vemos y les dan tratamiento por la
tarde. Recuerdo con cierto grado de ironía, que una de las veces en las que
estaba recostado en uno de esos cómodos divanes, le pregunté a la enfermera si
se habían olvidado de mí. No, que va, lo que pasa es que tu sesión hoy dura
ocho horas.
En fin, cuando toque tocará lo
que sea, quedar ingresado en el hospital hasta que no haya más remedio y se de
paso a otro que sin temor a la muerte, porque todos la tenemos comprada, lo
mismo que la vida, se de paso a otro que esté en las mismas condiciones que yo.
Vamos de la mano de las dos
pautas que definen nuestra vida, la propia vida y la muerte, ¿A quién le tocará
primero? Eso no se sabe nunca, pero cuando falte de este mundo, tendré la tranquilidad
de haber hecho lo que cualquier otro ser humano debe haber hecho.
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