viernes, 13 de junio de 2014

CIENCIA MADRE.


                                                CIENCIA MADRE


Está bien, ciencia, “scire” en latín, o conocimiento humano. Esto va bien, si se queda ahí, lo que ya no está tan bien, es que se hable a la ligera, de ciencia exacta. ¿Porqué, porque determinados estudiosos han concluido que han hecho investigaciones que les han llevado a determinada conclusión?, no señores, no, eso no es así. Y no escribo esto a la ligera, de eso nada.
¿Cuántas veces se han corregido datos, se han contradicho unos a otros respecto al mismo hecho? Millares de veces, en ocasiones me pregunto, si no es la propia vanidad de estos científicos, lo que les hace presentar estos argumentos como definitivos.   Sí, porque el Carbono 14, ha medido estos datos y concluye que este fósil tiene 150 millones de años de antigüedad.
Vale nen, lo que vosotros digáis, ¡que vale hombre no te pongas así, que me lo creo…!  Total, descreer cuesta bien poco, y no lo digo porque sienta animosidad contra los científicos, nada de eso, al contrario, los aplaudo, me inclino ante ellos. Ante los que hace muchos años ya, están proclamando a los cuatro vientos que los polos se derriten, ante estos sí que hay que descubrirse.
Sociedades de científicos, que se desgañitan diciendo, que nos estamos cargando todos los sistemas naturales, por el puñetero interés de políticos, que no quieren ver lo que no les interesa, más que el miserable poder, los sucios negocios de armas que tienen montados, y las guerras que montan y desmontan por puro antojo.
¿Qué tienen que decir de ellos, los científicos que SABEN los resultados de enviar basura al espacio, y cargarse de ese modo, lentamente pero sin pausa, el mundo en el que vivimos? A eso no tienen nada que decir, porque todo es secreto, no vayan a enterarse los vecinos de al lado, que ellos tienen bajo tierra en lugares remotos, arsenales de armas químicas capaces, de destruir a diez humanidades como la que ahora habita la Tierra.
Ciencia… le llaman ciencia a hacer números y hacer combinaciones en sendas pizarras, para enseñar a universitarios. ¡Vaya hipocresía la de estos memos!, sabrán mucho de muchas cosas, pero de humanismo… más bien poco, nada. Recorren el mundo dando conferencias, recibiendo premios Nóveles, condecoraciones y ve tú a saber cuantas cosas más  -seguro que buenas jubilaciones también-, pero su ciencia, no va más haya de los juegos de magia Borrás que se venden en navidad para niños pequeños.
¡Que pena dan estos pobres cerebritos…! sacrificados desde su más tierna infancia muchos de ellos, porque destacaban en matemáticas, o en el campo de las ciencias físicas. Ya no podrán volver a ser jamás ellos mismos, están vigilados, controlados, espiados, ellos y sus familias. Son esclavos de su propio orgullo desmedido, pueden vanagloriarse de todo cuanto saben y los logros conseguidos, pero luego, cuando están solos, muchos de ellos lloran amargamente, cuando se desenfundan de sus trajes de pingüino, y tienen que ir a dormir solos, a una habitación aparte de la de sus propias esposas.
¿Vale la pena tanto saber, tanto calcular, tanto conocimiento que no sabiduría, tanto júbilo pasajero, inútil? Scire, conocimiento humano aplicado a la mutilación, la guerra, la injusticia, la pobreza, y una larga lista de otras muchas maldades indescriptibles.
Confucio dijo en cierta ocasión: “El verdadero conocimiento es saber la magnitud de la propia ignorancia”



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