CON TODAS LAS GANAS
Ofenden
los que piensan, que uno está en determinada situación, porque quiere. Tengo
todas las ganas que haga falta tener para ser como los demás, otra cosa
diferente, es que pueda hacerlo.
¿No
te pasa a ti lo mismo?, ponte en mi pellejo, sé empático y dime seriamente, si
no es verdad. ¿No te comerías a besos a alguien por el puro deseo de sentir que
lo haces con toda legitimidad? ¿No le romperías la cara a otro por el simple
hecho de pensar que se lo merece?
No
son preguntas retóricas, son interrogantes que alguna vez han pasado por
nuestra cabeza. Que sea o no lo más apropiado, es otro tema diferente, en este
caso concreto cabe pensar que uno tiene la cabeza llena de filosofía barata, si
es así, que se siente a discutir contigo los motivos que tiene para pensar así.
Lo
contrario, es querer esconder la cabeza debajo del ala, para evitar ser visto
por un cazador que te está apuntando con su arma. Tengo un amigo, que me dice,
que el ser humano por ser lo que es, siempre va con la escopeta cargada, para
defenderse o puede que también para atacar a traición.
Somos
lo que no hay, siempre igual… Y tú
más Tú si que eres un traidor Apártate de mi lado que no quiero que nadie
me vea contigo. Podrían añadirse aquí miles de vocablos más, que comprenderían
nuestras reacciones, pero eso es lo de menos, sí, por una razón sencilla,
todos, absolutamente todos los seres humanos quedamos expuestos por nuestras acciones,
a toda acción le sigue una reacción, a toda causa, el efecto de la misma.
En
las clases de física básica, eso lo ilustraban con la consecuencia de dejar
caer una piedra sobre el agua mansa y observar las consecuencias. Se forman
pequeños círculos, que van creciendo a medida que se van separando del centro
de la masa central. Y esa ilustración física, afecta a toda otra regla o
principio básico humano. El ser humano se impone esa especie de disciplina,
distraer la atención hacia otros, aunque la responsabilidad principal, sea la
que él mismo provoca.
Decir
algo de cualquier semejante, por insignificante que esto sea, te aísla, nos
convierte en individuos desagradables, hasta despreciables, no es extraño pues
que hayan tantas guerras, muchas de ellas son provocadas por la palabra. No
pocos son los entrenados con este mismo fin, sembrar el caos, vigilar la lengua,
es como querer enjaular a un dragón, que escupe fuego por la boca. No hay
porqué ser simpáticos con estos elementos, hay que examinarlos a fondo. No digo
que con ternura, tampoco con tortura, cualquiera de nosotros que formáramos
parte de una conspiración de este tipo, seríamos elementos valiosos, para
alguien que supiera usarnos debidamente.
Si
nos encontramos en determinada situación comprometida, primero debemos
examinarnos para saber certeramente, que nosotros no hemos sido causa del
problema. Si francamente no encontramos defecto alguno, sobre determinada
circunstancia que ha traído consigo un desastre, respiremos hondo, merecemos
cualquier premio que la vida nos pueda dar.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario