NO LO SÉ…
Es
muy subjetivo tener la seguridad de estar al lado de alguien para siempre, como
que no acabo de creer, que una persona pueda llegar a convertirse en esclavo de
otra.
Dicho
de otro modo, es una cuestión de compromiso bilateral, puede existir el
compromiso, pero de por medio, hay un sinfín de factores, que hagan que este
compromiso de transforme en mera retórica, los intereses derivados de un
compromiso, pueden hacer que el tal, llegue a ser una piedra de molino atada al
cuello de alguien, y que con el peso que supone andar de ese modo, esté tentado
de sacársela de encima.
Desde
siempre ha sido así, en las parejas, digamos que en los matrimonios, igual –lo
que lo diferencia es un simple documento oficial-, existen fuerzas ocultas, que
en el momento del compromiso mutuo no están representadas, hijos en común o no,
aspectos económicos, enfermedades, infidelidades, todo pende de un hilo. Quién
de los dos manifieste la más mínima debilidad, queda expuesto al frio de la
condena.
Por
esa razón, la expresión, cuando uno se casa, de la persona responsable de la
ceremonia que dice “Para lo bueno y para lo malo, en la salud y la enfermedad,
hasta que la muerte os separe…”, es para mí, pura ironía. Cierto que son frases
solemnes, que tienen determinada importancia, pero no toda, uno de los dos
comete un error, se equivoca –es humano equivocarse-, adquiere un mal hábito,
beber por ejemplo, el compromiso comienza a romperse.
Sin
embargo, tú compromiso te obliga a ayudar, apoyar a tu igual, a la carne de tu
carne, con quién has decidido libremente y sin presión alguna, estar a su lado.
Estar a su lado es apoyarla o apoyarlo, servirle de paño de lágrimas, de
soporte en una circunstancia que se hace difícil llevar.
No,
no, yo estoy a las maduras con esta persona, a las verdes no. Pues que bien,
antepones cualquier otro interés a este compromiso…, pues que te vaya bien
bonita. Es un hecho que el matrimonio hoy se ve como una especie de juego, solo
hay que echar un vistazo a los divorcios que se dan, al poco de casarse las
personas.
Yo
no me puedo quejar, he tenido dos esposas y las dos se han desecho de mí por
determinados intereses, seguro que yo he tenido mi parte de responsabilidad,
sin embargo, ninguna de las dos ha tenido la franqueza de hablar conmigo de
forma clara, hasta habría aceptado una amenaza, un ultimátum.
Ha
sido a mis espaldas en las dos ocasiones, que se han urdido planes para la
separación que ahora sufrimos.
En
fin, que ha llegado el momento de pasar de todo, de dejar que el sol salga por
donde quiera, de no dar nunca más las cosas por sentado, ¿para qué si luego,
por algún capricho de la vida te quedas compuesto y sin mujer?, iba a decir sin
novia, pero no es el caso. ¡Haber si escarmientas de una puñetera vez…!, me
diría mi abuelo si estuviera vivo, Que la gente somos malos Juanito… que eres
un tozolón, que las personas, siempre estamos pensando en cosas raras, cuando
queremos deshacernos de alguien, y encima cuando estés embarrancado, te
seguirán diciendo que te quieren mucho.
Hostias
con el abuelo, no sé cual era su forma de vida cuando era joven, sé por mi
abuela, que era un pieza de cuidado, educado en una academia militar, con todos
los vicios que se puedan tener, oficial en la guerra de Marruecos, y luego… preso
tres años en un castillo esperando ser fusilado por ser republicano, cosa que
no sucedió, por la mediación de mi abuela, que estuvo moviéndose durante todo
este tiempo, para que se librara ¡ya ves si había vivido el hombre! ¿Por
cuantas experiencias no pasaría? De ese modo, tenía razón para darme el consejo
que antes he descrito. Pues bien, basta que te digan una cosa, algo juicioso,
para que uno haga lo contrario, así es la vida, parece, que si no pruebas
personalmente la experiencia de vivir a tu aire, no eres nadie, y terminas por
no ser nadie visto lo visto, bueno, si eres alguien, alguien que no puede
levantar cabeza llegado un momento de su vida, has quemado todos los cartuchos,
has dado muchos tiros, se acaba la munición.
Por
eso, acabo por no saber nada, pasas un montón de cosas en la vida, me refiero a
experiencias de todo tipo, –no obligadamente malas todas ellas-, y al final no
entiendes nada, no sabes hacia donde tirar, que camino coger, no sabes si eres
el malo de la película, o un simple figurante. Eso es lo peor, perder el norte,
y lo pierdes –por lo menos en mi caso-, porque no puedes evaluar de modo
correcto, el examen que tienes ante ti, es como cuando a uno lo examinan del
carné de conducir, sabes las respuestas a todos los formularios, pero… te dan
tres opciones diferentes, o cuatro, tienes que escoger la correcta, el caso es,
que las cuatro parecen la respuesta apropiada, son preguntas capciosas. Llevado
al mundo de la pareja y en consecuencia de los hijos, comienzas a preguntarte después
de ver que los chavales no te hacen puñetero caso, en qué me estoy equivocando,
que es lo que estoy haciendo mal. Nada y todo, es una cuestión de
sincronización, de trabajar juntos para salir adelante sin distracciones, yo
creía que mi hija iba al colegio, pues no señor, se iba con unos amigos a la
playa con las motos, a fumar porros, evidentemente hacía novillos, y luego
falsificaba la firma nuestra para presentarla al tutor.
Oye
Matilde, que la niña se pone unas faldas que va enseñando la castaña, le decía
a mi mujer, ella me contestaba… Déjala hombre que es joven puñetas, ¿tú no
engañabas a tus padres cuando eras joven?. Sí algunas veces, pero es que este
no es el caso, se trata de nuestra hija, debemos velar por ella, es nuestra
obligación cuidarla y que se haga una mujer de provecho. Ha, y porque lleve la
falda corta no lo será verdad?
No
sé oye, no sé si esto es lo normal o no, lo que si sé, es que con los años, se
ha inclinado por las mujeres, no le gustan los hombres. Hombre, esto es normal
hoy día tío, la moral ha cambiado, esto ya no tiene importancia alguna –me dice
un amigo-. Vale, pero que no te pase a ti, ya me dirás como encajas esta patada
en la entrepierna. Cuando te enteras a toro pasado, la niña te contesta… ¿Qué
quieres que le haga?, soy a sí, a lo mejor algún ancestro de tu familia era
homosexual ¿qué quieres que te diga si los hombres me dais asco?
A
callar la boca, te quedas jodido, si te pinchan en esos momentos, no te sale ni
una gota de sangre, se te queda helada en el cuerpo. Ya le puedes explicar
entonces, que es gracias a los dos, su madre y yo, que vino al mundo, como si
oyera música.
Por
eso digo, creo que con motivo que ha llegado un momento que no entiendo nada de
nada, bueno, entenderlo si lo entiendo, pero se hace duro digerirlo, hay platos
que no pasan ni con una buena borrachera.
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