PARA TU TRANQUILIDAD.
Me
gustaría manifestarte, que a pesar de vivir esta circunstancia anómala, deforme
y definitiva, puedes confiar en mí. No por lo que soy, si no más bien, por lo
que representas para mí. Los humanos, en determinadas circunstancias, hacen
pactos, cierran contratos a base de documentos y firmas, se unen en proyectos
comunes, no es nuestro caso, sin embargo y a pesar de lo que otros opinen,
quiero que sepas que deseo con toda mi alma, que tu vida sea tranquila.
La
vida está llena de circunstancias, que no podemos siquiera llegar a imaginar,
golpes de timón en nuestra andadura por ella, que en cualquier otro momento
pasado, nos harían estremecer. El nuestro, es uno de estos capítulos, una situación
difícil, y hasta en ciertos momentos, embarazosa aun en la distancia, por lo
menos por mi parte, llena de irritación y enfado, de crispación, y por que no
voy a decirlo, de desesperación.
Discúlpame
si me enfado a veces, debe de ser fruto de esta separación, de la austeridad
obligada de no estar contigo, de la falta de tu calor, de no poder sentir tu
afecto, más que unas pocas horas a la semana. Una canción de Miguel Ríos dice
“El teléfono es muy frio, tus llamadas son muy cortas…”, ya sabes, es aquella
canción de Santa Lucía, pues eso es lo que siento yo, el teléfono, tus llamadas
puntuales por la mañana, y luego durante el día, me alegran el corazón, y a la
vez me entristecen, es lógico, diría que hasta necesario en esta situación.
La
distancia nos obliga a ello, si ya lo sé, no se puede casi ni decir que haya
distancia, pero lo cierto es que ¡estamos tan cerca y tan lejos a la vez!, pero
eso no quita que debas estar intranquila, para nada, solo que… bueno nos ha
tocado estar en esta situación, tú por determinados motivos, yo en consecuencia
de estos motivos. Pero te sigo amando, te sigo llamando dentro de mi alma a
cada momento, es una buena razón para que estés tranquila, si me olvidara de
ti, si me vengara por determinadas razones, no sería un ser humano, y me precio
de serlo.
Puedes
estar tranquila, en buena medida porque sé que he sido un martirio para ti
durante años, ahora me doy cuenta, ha menudo un ser insufrible, incluso acepto
que se diga de mi, que he sido un tirano contigo, es verdad, ¿qué motivos tengo
para negar lo innegable?, ahora, distanciados pero cercanos, separados pero
juntos, comenzamos a destensar las cuerdas de la crispación y el desasosiego
que comportan.
Estate
tranquila mi amor, seguiremos siendo uno hasta que tú quieras, seguiremos por
lo tanto discutiendo sobre algunas cosas, asuntos que no te parecen bien a ti,
y otros con los que yo no esté conforme. Somos un matrimonio, so pena, que tú
quieras dejar de ser mi esposa, mi amada esposa. Mi ausencia debes seguir
llenándola, con el cariño de los tuyos, tu presencia cuando estás conmigo, es
un regalo que acepto de muy buen grado. Mi visto bueno a todo lo que tú hagas
con tu vida, mis felicitaciones sinceras, a todas las cosas que te complacen y
que te llenan. Cada mañana, cuando me levanto, te doy mil besos que sé, que no
se quedan flotando en el espacio, que te llegan, que de forma invisible
acarician tu rostro y tus labios. Para tu tranquilidad debes saber, que estoy
viviendo contigo aunque no estés presente, que hago determinadas cosas en mi
casa, como cuando te las veía hacer a ti, que trato de reír y llorar en
silencio, como sé que tú lo haces también.
Me
gustaría que pensaras, ahora que te quedas de nuevo sin las niñas, que estoy de
nuevo contigo, yo trato de plantearme cada día como si tú estuvieras conmigo,
cuando vuelvo a casa de la calle, cuando salgo hablo bajito y te digo que ahora
vuelvo, que voy a comprar cuatro cosas que me hacen falta, incluso hablo solo o
con Codi en determinados momentos. No sé si esto es efectivo o no, recomendable
o no, el caso es que lo hago, y en parte es para que tú te sientas tranquila de
que estoy ahí, contigo.
Cariño
mío, por último quiero que sepas que cuanto tengo, tuyo es, hasta mi vida, para
tu tranquilidad.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario