miércoles, 11 de junio de 2014

LOS DOCUMENTOS.

                                 LOS DOCUMENTOS


Es costumbre, en esta casa, que todo vaya manga por hombro, todos, los cinco habitantes, tienen sus quehaceres, los chicos el colegio, luego los deportes. Los dos más pequeños terminado el colegio, van a clases de piano y violín respectivamente
Lucas el padre de familia, apenas tiene tiempo para nada, más que para su trabajo claro. Enseña periodismo en la universidad, además colabora con un periódico importante, eso consume el resto del tiempo libre, que bien podría utilizar para estar con su familia. Además de eso, trabaja también en una televisión pública, participa en debates de política, de economía y sociología, que es básicamente de lo que escribe en su columna diaria.
Buenas… ¿el señor Hurtado?   Sí vive aquí ¿qué desea?   Solo que me ponga una firma aquí, traigo unos documentos para él.   Haber, espere un momento por favor, voy a ver quién hay en la casa  -esta es Sole, la criada-. Da una voz desde la entrada cerrando la puerta de la calle antes   Haber, ¿quién hay por ahí arriba que pueda bajar un momento a recibir un paquete?
Entreabre la puerta de nuevo  ¿Quiere pasar…?   Baja por la escalera Támara, la mayor de todos, dieciséis años pero aparenta veinte, mide un metro ochenta y cinco, juega a balón mano.  ¿Dónde hay que firmar?   Aquí señorita  -le indica el repartidor de UPS-.  Vale ya está. Ha dejado el gran sobre amarillo sobre una mesa que hay justo en la entrada de la casa, junto a otras muchas cartas y papeles que hay allí. Al ser más voluminoso que todo lo demás lo deja debajo de todo para que no se caiga el resto de cosas.
Sole cierra la puerta, sacudiendo un paño que siempre lleva prendido al delantal dice   Ya está bien de fumar hierba ¿no te parece?, no me puedo imaginar, como podéis estar las dos encerradas hay arriba…   Támara no contesta, se limita a ignorarla y subir de nuevo las escaleras de tres en tres, se oye la puerta de la habitación de la chica cerrarse sin piedad. Está estudiando con su mejor amiga, no se conoce en casa la presencia de ningún chico que la acompañe. Sole sabe que en el instituto donde estudia, la tienen por bollera. Quizá sea cierto, pero esto no es asunto de ella, cumple con su horario, y luego se retira a la casita que hay junto a la piscina, allí vive, es interina pero sin serlo. Un marco de plata, con La Pilarica en el interior, también en plata, es el único lujo que puede permitirse, el resto de la casita es bonito pero sin ostentación alguna, un sofá de dos plazas de alcántara y una tele de plasma, es lo único que tiene de más comparado con otras criadas. Y macetas con flores en todo el frontal de la casa, eso sí, que las flores no se las toque nadie porque si no… como buena baturra, arma la de San Quintín.
¡Hola…!, ¿dónde estáis todos?, por dios, esta casa con todos los que estamos aquí, y no sale nadie a recibirte, ¡he, que ha llegado mamá!   Sole piensa, ahora me llamará a mí ya verás.  ¡Sole…!, donde puñetas está la gente.   A mí no me preguntes Mariví, ando toda la tarde en la cocina, he escuchado puertas, entrar y salir gente, pero quién eran o dejado de ser, ni idea.  ¿Y mis pequeños?   Yo creía que el señor se habría puesto en contacto con usted para recogerlos de música.   ¡A mi no me ha llamado!   A, pues llámalo tú ahora.   ¿Dónde estás Lucas?   En casa Nicolás cenando… mira tú que bien. ¿No ibas tú a recoger a los pequeños?  Pues podías habérmelo dicho ¿no?, quieres salir de ahí un momento que casi no te oigo… así que le has dicho a Encarna que los recogiera ella, vale, pero es que chico… no nos ponemos de acuerdo nunca con tanta mierda de visitas, viajes y mandangas. Vale nos vemos luego, un besito, yo también a ti cariño.
Llega la noche, bueno, la media noche pasada, se escucha el ruido de la puerta del garaje, llega Lucas, ¡por fin en casa! se dice a sí mismo, joder, ya tocaba, vaya semanita que llevamos. Antes de salir del coche, en el garaje, saca del maletín la agenda electrónica y revisa las actividades de mañana.  Menos mal, solo hasta las doce, el resto del día libre, por fin. Entra en casa, desconecta la alarma y luego la vuelve a conectar, silencio sepulcral, salvo en la habitación de Támara, sale por el quicio de la puerta el olor a marihuana, música puesta muy baja, y risitas, que ya sabe interpretar desde hace más de un año.
Entra en el vestidor, que tiene puerta de entrada por el pasillo y la habitación de matrimonio, se desviste y cruza el pasillo cubierto con un albornoz hasta el baño. Abre el mando de la ducha, y se sienta en el pequeño banco de madera de teca que está pegado a la pared, estira las piernas y las flexiona repetidamente, se frota los pies, el baño se va llenando poco a poco de vapor del agua caliente, se relaja, se levanta y enjabona luego, rápidamente se seca y se vuelve a envolver en el albornoz. Va a su habitación y cierra la puerta, al otro lado de la pared, escucha a su mujer, respira profundamente. Si no llegan a casa al mismo tiempo, o con poca diferencia de hora, se acuestan juntos, sino, no. Es un acuerdo tácito que tienen, desde que ya decidieron que los horarios y sistema de vida que tenían, eran un tanto incompatibles en lo que al tiempo se refiere.
Mariví se ha quedado dormida con un libro abierto sobre la cama y la luz de la mesilla encendida. Él no, es más metódico, cuando se acuesta es para dormir, desaconseja que la gente se acueste leyendo,   Para leer  -le contaba a un matrimonio amigos suyos-  hay que buscar un lugar concreto, sentado cómodamente, con buena luz, luego uno se acuesta, la cama está para eso, para descansar, para el reposo, no se pueden hacer las dos cosas a la vez.
No ha pasado por la habitación de los gemelos, da por sentado que estarán durmiendo, aunque no sabe que se han quedado a dormir en casa de Encarna. Al contrario de ellos, Encarna se pasa gran parte del día en casa, habita con su hijo Julio la parte baja de la casa, la parte alta es solo su habitación, un baño y el resto es su estudio de pintura, es impresionista y ha hecho buenos dineros en galerías de arte, donde sus obras son apreciadas. En Japón sus cuadros se venden como si fueran rosquillas, y no se queda ahí la cosa, en el vecindario ha diseñado varios jardines Zen, tiene la mano rota para este trabajo. Se tuvo que empeñar bastante para comprar una casa aquí, pero ya la tiene pagada sobradamente, ha sabido invertir bien su tiempo, y tiene mucho tiempo para su hijo Julio, que ha heredado su misma sensibilidad.
Sole en su día libre, pasa muchos ratos con ella, disfruta de su compañía y su filosofía de vida. Se entienden muy bien, las dos son personas sencillas de espíritu. En lo único que disienten es, que Sole, este empeñada siempre, en tratar de convencerla, que necesita una religión que le de esperanza en el futuro. Cuando llegan a este punto, Encarna la mira de reojo, lo que significa que ya tiene suficiente sobre el asunto, que no insista más.
Alfonso y Alonso, los dos gemelos, son tan iguales que es casi imposible distinguirlos, en el liceo donde estudian, cuando no los confunden de cara, les cambian los nombres, de forma que, tienen que pasarse gran parte del día haciendo rectificaciones a unos y otros, a maestros y condiscípulos. Algunos se han dado por vencidos y solo los llaman gemelos, al ser los únicos en el liceo que son iguales, los dos, el que está más próximo al que llaman, vuelve la cara para atender. Contrario a Julio, el hijo de Encarna, ellos se pasan gran parte del tiempo en la parcela, buscando animales para martirizarlos. Ya han tenido buenas broncas con Sole al descubrir esta, que habían clavado a una pequeña golondrina, clavada por las alas a un árbol, claro está, que ellos lo han negado   Que sepáis los dos, que por ahí se empieza, tenéis que tener mejores sentimientos con los animales, su padre alertado por lo que le ha dicho Sole, les ha regalado un perro cocker al que han puesto por nombre Blas, como el compañero más odiado por ellos en el colegio. A los dos meses de tenerlo, le han pegado las orejas una a la otra por encima de la cabeza, con pegamento loctite, no hace falta decir que a su padre le pareció una broma de mal gusto, nada más. El veterinario se encargó de arreglar el desaguisado de las orejas del pobre perro. Mida tiene por nombre, cuando su padre les preguntó el porqué de ese nombre, los dos contestaron que faltaban dos letras en mitad del nombre   ¿A sí, y cuales son?   La E y la R  ¿Le queríais poner de nombre, mierda…?   No, pero es que no nos gustan los perros tontos y peludos, hubiéramos preferido un Rottweiler…
Su mujer Mariví, va a golpe de pito con avisos de la inmobiliaria, llamándola para que vaya a esperar a unos señores, que llegan de tal o cual lugar, para enseñarles chalets de lujo. Es la dueña, en consecuencia se puede permitir pocos errores, el personal a su cargo ya comete suficientes como para que ella caiga también en esta dinámica, eso la podría llevar al desprestigio y la ruina. Por la mañana a primera hora, ha recibido la llamada de un señor italiano, que viene en su avión privado, para ir a ver una propiedad, que vende un famoso futbolista, que se ha marchado a jugar al extranjero, debe ir al aeropuerto de Madrid, Barajas a recogerlo. Se empolva la cara en el coche, mientras calienta el motor del Jaguar, se pasa la barra de labios y arranca a toda prisa. A esta hora, la circulación es imposible, atascos en todas partes, pero templa los nervios y consume un cigarrillo echando el humo por la ventana, al fin llega a la terminal, justo acaban de llegar, están en la sala VIP del aeropuerto, se identifica y salen de allí con más tranquilidad, por el camino ha encargado un buen aperitivo para el mediodía.
Lucas ha tenido unas palabras sobre la columna que ha escrito para el periódico de mañana.  Como cambies una sola coma del escrito ya puedes ir buscándote a otro, ni se te ocurra algo así ¿me oyes?, mi opinión se ha respetado siempre, no vayas a querer hacerte el listo, que te conozco, la monarquía es la monarquía, y yo soy yo. Publica esto como lo he escrito, sino, ya sabes… ¡Hasta ahí podíamos llegar hombre…!
Algunas veces, en los asuntos de trabajo, las cosas se salen de madre, es lógico y normal que pasen estas cosas. En cualquier medio de comunicación, tienen que existir filtros, filtros que responden a determinados intereses, sean estos políticos, o que enfoquen los asuntos de un modo más favorable, a determinados segmentos del ambiente social. Lucas está un poco harto de todo esto, porque últimamente también le vienen presionando en la universidad. El rector es un tocapelotas de lo más rastrero que pueda haber, no tendría que ocupar este cargo, pero… los padrinos que tiene son gente muy influyente, y el hombre sabe hasta donde puede tirar del hilo, pero a Lucas, esto le jode mucho, condiciona su modo de trabajar.
Mariví después de pasar casi todo el día con el cliente que se interesa por la mansión que está a la venta, y que ya se ha rebajado dos veces de precio, comienza a perder la paciencia, si no hace un par de buenas operaciones buenas este mes, se va a tener que dedicar a deshacer, de algunas cosas de valor, su marido no sabe nada de todo este asunto. Desde hace poco más de un año y medio, ha venido gastando dinero que no tenía, es dinero de garantía de reserva de casas por determinado tiempo, que en algunos casos ya han vencido, y se tiene que devolver a los depositarios. Ella lo ha gastado en un todo terreno de lujo, cambio de todos los muebles de la casa, un par de relojes de lujo para sus hijos, y unas joyas para ella. Ah, a su marido le ha regalado un alfiler de corbata de oro blanco con diamantes.
Lucas en cambio  -será por tantas cosas que lleva en la cabeza-, se ha olvidado de comprarle un regalo a su mujer, para su aniversario de bodas. A pesar de estas pequeñas diferencias sentimentales, se quieren, hay una interdependencia mutua, los dos a la par, están construyendo su sueño, su castillo, ladrillo a ladrillo. Con esfuerzo, constancia, dejando que el tiempo, corra a su favor. Es posible que no cuenten con un factor importante, vital en la vida de los seres humanos, que el tiempo jamás corre a favor nuestro, corre y ya está, marca con absoluta precisión el compás de nuestras vidas, y si nos equivocamos… no se puede dar marcha atrás, el reloj sigue marcando indefectiblemente los segundos, minutos, horas, días, semanas y meses.
Cuanto más se adentran en la laberíntica medida del tiempo, más tienen que perder, y se pierde mucho por el camino. Támara es la primera víctima que se queda por el camino, a sus diecisiete años, -todavía por cumplir dentro de dos meses-, va llevándose sin que nadie se de cuenta de ello, ropa a casa de su amor, Soraya, están perdidamente enamoradas de la hierba y del alcohol, esto las ha llevado a creer, que están enamoradas mutuamente. En cuanto llegue el momento, Lucas y Mariví no se habrán dado cuenta, que les sobra una habitación y un cuarto de baño. Echarla de menos no será lo más importante, entre sus trabajos y en consecuencia de sus ausencias de casa, no se habrán apercibido de ello, lo llevarán bien, es lo que se espera de los jóvenes, que se independicen, que sean ellos mismos, puede que hasta aplaudan la decisión de Támara.
El sobre que en su día trajo el mensajero, todavía está debajo de la correspondencia por abrir, algunas cartas se han abierto, las que corresponden con lo más inmediato, trabajo, citas, reuniones…, pero el sobre que contiene los documentos todavía sigue allí. Sole que es la que se cuida de la limpieza, entre otras muchas cosas, llama la atención de Mariví, le dice que este sobre lo trajeron hace bastantes días, va a nombre de su marido, Lucas Hurtado, por la noche, al regreso de este a casa, llama la atención de su marido a este pliego de documentos que todavía está por abrir.
¡Por dios santo, ¿cómo es que me lo dais ahora?, madre mía…!   ¿De que se trata Lucas?   Míralo tú misma. Mariví pasa rápido la primera página, solo contiene el nombre de la oficina de abogados que ha remitido los documentos. La cara de Mariví se va contrayendo, ha medida que lee lo que sigue, con estupor, lee y mira alternativamente a su marido. Son ocho folios que definen de forma clara, con toda clase de argumentos jurídicos, que la casa, ya no les pertenece, ha pasado el plazo de ciertas condiciones previas, a las que tenían que haber contestado sin dilación, presentando un recurso de apelación.
Que es lo que ha pasado nadie lo sabe, comienzan las riñas y las recriminaciones, esto lo tenías que haber sabido tú. La otra, son cosas tuyas, tú eres el cabeza de familia, no podemos perder la casa, has de hacer lo que sea…   ¿Y que se supone que tendría que hacer ahora?, dímelo tú lista.  Mariví ha encajado muy mal este golpe, se mueve súper nerviosa por la casa, maldice y se insulta   Esto me pasa, por dejar las cosas en manos de los demás, en esta casa vive una pandilla de inútiles…  No lo siente de verdad, sin embargo es lo único que la consuela ahora, Lucas descuelga el teléfono y llama a un amigo que es abogado, habla de algo con él, pero lo que si queda claro, es que le dice, que se tienen que ver ahora, si o si. Sale a toda prisa de la casa, con un archivo bajo el brazo, aparte de los documentos que llegaron hace ya, más de diez días. Las ruedas del Mercedes, rechinan en el asfalto de la rampa del garaje.  ¿Adonde va este loco ahora…?   Me parece haber oído, que hablaba con un abogado amigo suyo  -dice Sole-.
Los gemelos, en el jardín, ya casi de noche, se han dedicado a rapar al pobre Mida, solo le han dejado el pelo de la parte baja de las patas, el rabo y las orejas, en el centro de la cabeza, le han dejado una cresta que le han fijado con gomina.   Ahora si que comienza a gustarme tete, se lo teníamos que haber hecho antes, ahora si que no nos pueden obligar a sacarlo de paseo, ¿quién pasearía a un perro así por la urbanización?
Al margen de todo esto, nadie pregunta por Támara, ya se sabe que está bien, si fuera de otro modo ya sabrían algo, por ejemplo si hubiese tenido un accidente con el coche, no tiene carné de conducir, pero su padre le regaló un Opel, para que pudiera ir y venir donde fuera, siempre que fuera una urgencia. ¡Si sus padres supieran donde está ahora…! Va, da lo mismo, ya es mayor… sabe cuidar de si misma. La policía las ha pillado a las dos, saliendo de casa de un camello, con doscientos gramos de hierba, están en comisaría.   Vale más que no me detengan, ustedes no saben quién es mi padre. Encima chulería cuando les han puesto las esposas.
Después de varias horas, en las cuales, Mariví se ha hartado de llamar a su marido por teléfono, contestando este, que estaba apagado o fuera de cobertura, se ven de nuevo las luces del coche entrar en la rampa del garaje, no lo ha entrado dentro, quizás tenga que salir de nuevo.   No hay solución nena, Felipe me ha dejado claro que delante de la ley, nos hemos declarado en rebeldía, tenemos los bienes confiscados ¿pero quién coño ha dejado debajo de esta pila de correspondencia estos documentos?   Sole calla, lo sabe todo pero no quiere decir nada, no va a echarle las culpas a Támara a estas alturas.   Lucas es para usted, es Támara.   ¿Qué pasa hija como estás? ¿Qué…? no, pero como se os a ocurrido… dios bendito, no faltaba más que esto ahora, madre del amor hermoso, -se echa la mano a la cabeza y entorna los ojos-, cuelga que ahora irá para halla Felipe, lo llamo ahora mismo.   ¿Qué pasa ahora…?   Pues que tú hija está en comisaría, la han pillado con no sé cuantos gramos de droga, a ella y a Soraya.
¡Si mi madre viera todo esto se moriría de nuevo!   No te jode… ¿A qué viene lamentarse de ese modo ahora?   Si te parece a nada, vamos, que me tendría que poner a dar saltos de alegría ¿no?   Tienes razón, pero no hay que perder los estribos, hay que serenarse, pensar y actuar con prudencia, lo de Támara ha sido una circunstancia aparte.   Pues ya me dirás que hacemos…   De momento, según el consejo de Felipe, seguir con nuestros quehaceres diarios, no podemos hacer nada al respecto, hasta que él no vaya al juzgado mañana. Me ha dicho, que tratará de enterarse en la fiscalía, mientras tanto, hay que esperar, no hay más.
Si por lo menos pudieran vender la casa antes de que la embargasen, o las joyas, u otras cosas que tienen, que han ido adquiriendo con el paso de los años, aparte de los hijos. Pero eso ahora no se puede hacer, sería alzamiento de bienes, les caería un puro encima de mucho cuidado. Por lo menos, Támara y Soraya ya han salido libres con cargos, veremos haber, Felipe les llama y les da la noticia, respiran algo más aliviados.
Y así, de ese modo continua el modo de vida de la familia Hurtado, todos estos líos han tenido repercusiones en sus respectivos trabajos, pero nada que no sea solucionable. Pasado un tiempo, todo volverá a la tranquilidad, todos seguirán con sus vidas, con sus azarosas vidas.
Sole es la beneficiada de todos estos entuertos y desmanes, ha vuelto a su casa de Farasdués, localidad de Ejea de los Caballeros, solo ha visitado a la familia que allí le resta, cinco veces, en doce de servicio en casa de los Hurtado.   ¿Pero como te vas a ir y dejarnos quince días Sole, y nuestras vacaciones?  Ese es el argumento que siempre le exponía Mariví.  Sole no tenía derecho a vacaciones, aunque su contrato lo especificara. Incluso al cambiar de casa, la familia Hurtado le explicó que ahora, la necesitaban más que nunca, los niños…, ellos mismos, que tenían plena confianza en todo cuanto manejaba.   Miren ustedes señores, ya tengo mis años, no quiero forzar más la máquina más haya de mis fuerzas, ahora me toca el retiro, y vivir los pocos años de vida que me queden, en paz y en compañía de mi familia, bueno, la poca que me queda. No me quejo de cómo me han tratado, al contrario, pero tienen ustedes muchas ocupaciones, tienen unos hijos hermosos, que necesitan de su cuidado.


                                                             -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-




No hay comentarios:

Publicar un comentario