EXPANSIÓN
Antes,
años atrás, era un joven iluso que pensaba poder cambiar cosas, cosas normales,
como la manera de amar, de comportarse con otros, que supieran apreciar como
yo, que era necesario un cambio de actitud general ante determinados
acontecimientos normales de la vida.
Pues
bien, sigo siendo un iluso, lo mismo que antes, pero ahora peor porque soy
mayor. Me digo a mi mismo a veces… Tío
eres un fraude, no has entendido nada, todo lo tergiversas, cambias el sentido
de las aguas del rio, que siempre, quieras o no, van a parar al mar. Y en estas ando todavía, se conoce que ya es
costumbre en mí, tratar de abrirme camino entre fronteras infranqueables.
Veo
muy mal este rollo que llevo, cuando pretendo ajustarme a otros, a su manera de
ser y hasta de sentir, resulta que llego tarde, no puedo expandirme, decir la
mía. Alguien antes que yo, ha llegado antes, y me cuarta a seguir adelante, o
es mala suerte o soy un idiota irremediable, la intención es buena, pero se ve
que el camino lo llevo equivocado en el mapa.
Y no
será porque no me animen a seguir intentando establecer mis criterios, por lo
menos dejar que se oigan, al contrario
Explícate, dinos cuales son tus conceptos, como se pueden llevar a cabo.
Llegado este punto me matan, la razón es sencilla de explicar, o no me sé
explicar –cosa jodida esta-, o no me comprenden –peor todavía-.
He
preguntado a muchos cual es su intención al respecto; encuentras respuestas
para todos los gustos, unos pasan de esforzarse por cambiar las cosas A mí ya me está bien así. Dicen algunos, la
vida pasa sin darse uno cuenta, los años y si me apuras hasta los decenios, sin
poder hacer nada más auténtico, que lo que vengo haciendo hasta ahora. Otros en
cambio se afanan por cambiar, yo el primero, quizás es que no sabemos encontrar
la persona que sepa comprender nuestras inquietudes, aquello que nos preocupa y
que nos sacia.
Entre
tanto, llevamos dentro, esta especie de volcán a punto de erupción, que nos señala
interiormente, que nos hace falta algo más sólido para autentificar nuestra
identidad. Pero nada, en este intento nos quedamos, por lo menos yo que pienso
siempre, que mientras hay vida hay esperanza, y es cierto, pero cada día que
pasa, nuestras posibilidades se arrugan, como una ciruela pasa.
A
mis cincuenta y quince, creo, que todavía se es joven para expandirse, pero el
asunto tiene miga, ¿Qué es lo que quieres expandir? ¿Tu vida sexual?, mal lo
llevas, ya no está uno en edad de buscar milagritos, ¿Tu capacidad
intelectual?, vale eso sí, se puede, pero se necesita esfuerzo continuado, ser
perseverante y metódico. Si de joven no has aprendido, las técnicas necesarias
para poder leer, deducir y estudiar en una palabra, y quiere uno que se lo den
todo masticado ahora, va listo. Vale más la pena que cojas el bastón y salgas a
pasear, luego te sientas en un banco del parque a ver pasar a la gente, sin
nostalgias eso sí, porque sino, eres capaz de suicidarte.
¡Hay
señor si hubiera aprovechado el tiempo cuando era joven!, nada, deja esto
colgado en la percha detrás de una puerta. No te va a servir más que para
deprimirte, para sentirte más impotente –intelectualmente hablando, claro-.
Conozco a bastante gente, jubilados como yo que dicen Es que yo, coger un libro y ponerme a leer,
es matarme. Claro, pero la cuestión es plantearse si quiere uno o no
expansionarse. Si lo deseas puedes, lo contrario también es cierto, Charle-Maurice
Talleyrant Péricor lo concreta en una frase: “Lo que no puede ser, no puede ser
y además es imposible” Hay que tener presente, que el tiempo siempre corre en
contra de uno, pase lo que pase, suceda lo que suceda, el tiempo
inexorablemente marca los segundos minutos y horas como decía Herbert Spencer “El
tiempo es lo que los hombres tratamos de matar y que termina matándonos”. ¡Y
tanto que sí, lógico y muy bien razonado, verlo de otro modo es engañarse a uno
mismo.
Por
ese motivo, no cejo de encontrar vías alternativas para expansionarme, ¿Qué tengo
que ser selectivo…? está más que claro, pero es cuestión de progresar de
cualquier modo posible. Particularmente, a mi me preocupa saber, como y de que
manera puedo progresar en este sentido, tengo metido en la cabeza un pensamiento
de Pericles : “El que sabe pensar, pero
no sabe como expresar lo que piensa, está en el mismo nivel del que no sabe
pensar”. ¡Que fuerte…! Claro, cuando uno se identifica un poco con estos
pensamientos se siente algo incómodo, por lo menos yo me considero un pedazo de
burro del copón.
No
sé si es que no me da más de si la mente, o que en mi tiempo había mucho genio
y a mi, y a unos cuantos más, nos tocaron las neuronas con tara. Debe ser esto
último, fijo. De cualquier manera, a mi no me vencerán, seguiré haciendo lo que
pueda aunque sea de forma ilusoria, con tal que se note aunque sea de una forma
lenta, poco alentadora, que me quiero expansionar.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario