jueves, 26 de junio de 2014

SIEMPRE QUE TE VAS PIENSO...


                               SIEMPRE QUE TE VAS PIÉNSO…


¿En qué puerto recalará su barco…? me estremezco, no puedo dejar de envidiar las sábanas que están en tú lecho, que cubren tú cuerpo de noche, cuando en mitad de los sueños, das vueltas y más vueltas sobre ti misma, que te abrazan para tapar tu desnudez, que te protegen del viento.
Quisiera dulce amor mío… estar a tú lado siempre, despierto, aunque el insomnio me destruyera, que mi salud se llevara, da igual, es mejor eso, que sufrir como sufro ahora, cuando te vas…
Si no puedo estar a tú lado, soldado quiero ser, soldado de vanguardia, afrontando el peligro de lanzas y flechas, de muerte violenta, no me importa, es mejor eso que nada.
¿Acaso no es mejor que sufrir como sufro ahora…? Aunque muriera saldría ganando siempre, es mejor morir que tenerte lejos, las heridas de la guerra se curan, no así las de un amor frustrado sin razones aparentes. ¡Te quiero tanto amor mío…!
Recuerdo el día aquel, que en mitad de la tormenta el cielo se abrió de pronto, y un rayo de luz imposible calentó mis mejillas, cerré los ojos ante tanta belleza inesperada, y luego… apareciste tú, vestida de sol y niebla.
Ahora, cuando se esconde este sol que es mío, pienso… ¿a quién iluminará ahora, desde que confín del mundo abrirá con sus brazos los cielos de nuevo? No puedo evitar pensarlo, siempre confío en tú luz, siempre te reclamaré, desde la distancia. En cuanto mi sombra desaparece, sé que llega la tormenta de nuevo, y la razón se me altera, tanto extraño su calor, que frio paso en agosto, y en cambio cuando es invierno, y llegas a mi lado volando, paso un calor del demonio.
Tú nunca quieres nada cariño, y yo te daría mi vida entera, porque me sobra sin ti, los vientos que me azotan, se ríen de esa desgracia ajena. Ellos fluyen, van y vienen sin parar, y sin razón aparente te permiten que reluzcas. Crueles fuerzas naturales, dejadme sentir su calor, permitidme por favor que deje de pensar en ella…, el alma se apea de su soporte, porque mi soporte es ella.
No suplico a dios alguno nada de lo que deseo, solo verte, aunque sea en sueños, y si en el cielo hay alguien que me pudiera ayudar, le pediría solo eso, dejar de pensar en ti cuando te vas.


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