SIMPLEMENTE RAZONABLE
Sí,
fantástico, razonable eso es. Pero no es tan fácil, Una frase famosa de René
Descartes lo explica de manera sencilla: “No hay nada repartido de modo más equitativo
que la razón; todo el mundo está convencido de tener suficiente” Para ti es
razonable hacer o decir, lo que dices o haces. Para mí, tres cuartos de lo
mismo. Ese es el anacronismo de la vida de las personas, y en ocasiones no es
que demos la razón a alguien, se trata de que, en ese momento no queremos
entablar discusión alguna. Es entonces, cuando nos negamos a entrar en esta dinámica
obligada -a veces se nos exige, a pesar
del esfuerzo que represente, hablar del asunto-, y también entonces si no lo
hacemos perdemos el derecho que la razón nos otorga.
A
nadie le gusta discutir, discutir enfadado, llegando al enfado y a las posibles
descalificaciones. Pero hay a quién si le gusta, que lo hace por chinchar o por
maltratar sicológicamente al otro. Hay que huir de ahí, es un fuego que no se
puede apagar y que nos puede consumir, si nos acercamos demasiado.
Conozco
a alguien que siempre dice después de armar la de Cristo es dios… ¡Va hombre si solo es una broma!, no lo has
pillado. Pues no, no lo he pillado, pero
te puedes ir a la mierda un poco ¿sabes?, no te acerques más a mí. Solo se trata con dos o tres igualitos que él,
son una especie de clan de perversos, que se ríen de los demás. La ironía continua
es lo que los mantiene vivos, entienden que ofenden a la mayoría con la que
tratan, pero simplemente alegan que es su forma de ser y que no van a cambiar.
No
son personas razonables, alguien razonable es aquel, que considera a los demás,
que aprecia lo que dicen otros, y que procura aprender de cuanto escucha, en
función de sus posibilidades. Vivir es difícil, y hacerlo de una manera digna,
todavía más. Las ironías y los chistes, las bromas, son para determinados
momentos, no deben formar parte de nuestra idiosincrasia. Nos afanamos por ser
mejores, no quedarnos estancados en la edad de piedra, eso sería estúpido por
nuestra parte, logramos muchas cosas buenas, unas mejor que otras, cometemos
errores, unos mayores que otros, sin embargo, siempre hay que remar hacia
adelante, en busca de algún puerto seguro a ser posible.
El
conocido al que hacía referencia antes, es una persona sin espíritu de
superación, piensa en cosas superficiales continuamente. Se escucha a sí mismo,
este es el modo de desenmascararse el mismo, en estos pequeños grandes detalles
te das cuenta si vale la pena tenerlo dentro de tu círculo de amistades. Digo
esto, porque es posible que necesitemos de un amigo algún día, francamente, no
me gustaría tener por amigo a alguien así. Si cambia, si se adapta a nuestro carácter,
a nuestra manera de ver las cosas, sí.
Al
fin y al cabo, cada cual elige a los amigos que quiere tener como tales.
Entendiéndose por ello, a una persona que sería capaz de anteponer tus
intereses, por encima de los suyos, sean los que sean, eso es ser un amigo. No
alguien que es capaz de estrecharte la mano hasta el punto de no soltarla, no,
también hay demasiados de esos. Un amigo
-sé que puede sonar algo fuerte-, es aquel que está dispuesto a dar su
vida en cambio por la tuya, pero con un motivo adecuado, no porque sí, sino más
bien por cariño y amor hacia uno.
Ese
es el modo razonable de ver la amistad, es simple aunque pueda sonar
discordante, anacrónico, fuera de lugar. A todo aquel que no es capaz de sufrir
con uno de forma seria, llorando junto a tu lecho, riendo cuando la ocasión lo
requiere, porque lo haces partícipe del amor que acabas de encontrar, o del
hijo que te ha nacido, lo puedes dejar de lado sin ambigüedades, simplemente,
no es una persona razonable.
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