jueves, 12 de junio de 2014

LA MALA HORA.


                                             LA MALA HORA


Es una condena que trae consigo el vivir mucho y mal. Uno mismo se da cuenta, cuando llega esta hora, que podría haber vivido de modo diferente, plantearse objetivos y tomar decisiones de forma diferente.
Luego, a medida que pasan los años, que vives en definitiva, hechas la vista atrás y piensas que eres un ingenuo. Que aunque hubieras podido vivir en el futuro, dentro de trescientos años, te agobiarías igual que ahora.
Si, la vida dentro de tres centurias, seguramente será diferente, pero los hombres seremos los mismos, con las mismas ansias, con las mismas ambiciones, y en consecuencia, con los mismos problemas que tenemos hoy mismo, o quizá multiplicados por cien, quién sabe.
¡Y la gente por ahí repartiendo esperanzas…! Que te parece…, es de locos todo esto,  Marcel Proust dijo en una ocasión: “A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas” Tenía mucha razón este hombre cuando pensó en esto, se nos escapa más de lo conveniente este principio.
Perdemos mucho tiempo preocupándonos por nimiedades, esta pérdida de tiempo, hace que se reduzcan nuestras posibilidades de buscar los motivos, por lo que nos suceden determinadas cosas. Lo decía en su tiempo Richard Whately: “Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día” Ese y no otro, es el motivo por el que a menudo exclamamos ¡a mí me tenía que pasar esto…!
Perdemos demasiadas horas en asuntos que son irreparables, por eso es que frecuentemente, nos alivia de forma engañosa el dejarnos llevar por las masas, atendiendo a deportes masivos que acaban entusiasmándonos, llámese fútbol, tenis, o un juego de canicas. Lamentablemente, pasamos demasiadas malas horas, ocupándonos de conceptos de vida, que no nos procuran ningún beneficio pleno.
Y ahí se quedan, en casa, pensando y preguntándose, el porqué mi padre y mi madre se pelean siempre por lo mismo, porqué si casi no hay dinero para comer, mi padre se va con los amigos, a hacer un viaje a no se sabe donde, para seguir a su equipo de fútbol, porque parece, que están a punto de ganar una copa de ve tú a saber qué.
Con lo bien que estaríamos ahora todos juntos, montando el mecano que me regalaron en mi cumpleaños, y que todavía no ha podido sacar del envoltorio. Antes mi padre me llevaba cogido de la mano a todas partes, y cuando crecí un poco más del hombro, ahora ya no ¿porqué? Que pregunta más extraña, este niño debe de ser tonto, pues porque ahora ya está hecho un hombrecito.
¡Cuantas horas desparramadas por el suelo de la vida! Escenas que ya no se repetirán más, y que deberían alargarse tanto como se pudiera. John Lennon describió estos momentos con estas palabras: “Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos vivir aquí y ahora” Nos lamentamos del pasado ha menudo, de lo que pudo ser y no fue, hacemos planes para el futuro, que es lo más incierto que hay en la vida, y nos olvidamos del momento presente, que es lo más hermoso de lo que disponemos.
¡En mala hora decidí ir a trabajar allí, o casarme con esta mujer, tener cuatro hijos o dejar que viniera a vivir con nosotros mi suegra!, que más da, cualquier pretexto es bueno para dejar pasar por alto las cosas más importantes, porque… A mí me criaron peor, que yo a mis hijos, que quieres que te diga, cada cual hace lo que puede. Claro, es la ventaja de los inconsecuentes, la absurda justificación, de que todo lo posiblemente malo que les pasa a los que están a nuestro alrededor, es mucho mejor, que lo que pasamos nosotros mismos.
Corren malos tiempos para estas memeces, si no nos detenemos a meditar un poco más las cosas, si nos conformamos a vivir así, ¡porque siempre se ha sobrevivido a todo por malo que haya sido…! vamos muy mal. Pluralizo, porque esta conversación la he tenido frecuentemente con mi segunda esposa  –a la primera no le interesaban estos asuntos-, aun así, de mi segunda mujer estoy separado, debe ser que soy un insociable, o un magnífico idiota tratando de idealizar la vida perfecta, que evidentemente no existe.
Me gustaría mucho ser más concreto, más lúcido quizás, pero es inútil, tengo como si fuera un velo ante mis ojos, algún amigo con el que he hablado de estos asuntos, me dice que el ser humano se comporta de forma tan necia, porque al contrario del resto de seres vivos, tenemos emociones y sentimientos, lo que nos produce pasiones difíciles de controlar. Mira oye, no había pensado en esto antes –le dije un día a uno de ellos-, será como dices, pero te aseguro que si es así, pienso que estamos contrahechos, mal diseñados.
¡Y yo que creía que era un poco más sabio de lo que pretendía por poder razonar de esta manera…!



                                                                     -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario