domingo, 8 de junio de 2014

PLANTADO.


                                         PLANTADO


Ya no hecho de menos el mundo donde vivía, es cosa del pasado, ahora estoy en otra dimensión y  todo, gracias a esperar, a tener paciencia, y esperar.
Os cuento: Vivía como cualquier otra persona, con su casa, su familia y sus amigos. Pero mira tú por donde, un día salí con mi perro de paseo, le gusta correr, ir tras trozos de pequeños palos que encuentra, a veces te trae unos trozos de troncos, que la cabeza se le tuerce del peso, pero disfruta como un poseso. Pues bien, ese día como tantos otros, lo dejé suelto en el campo, salió disparado como una flecha tras un gazapo que vio, entonces, en mitad de aquel terreno, resultó haber más conejos, y se volvió medio loco yendo tras ellos.
El día anterior había estado lloviendo a mares, el terreno estaba blando, muy blando, después de un buen rato esperando, comencé a silbarle para que volviera, no aparecía, y sin darme cuenta, sobre aquel solazado rincón, al lado de un algarrobo, me di cuenta que los pies, se me habían hundido hasta los tobillos, ¡anda! -pensé por un momento-, ya verás cuando me vea mi mujer, me va a echar una bronca de no te menees, ¡pero no iba a marcharme de allí sin mi perro!, el pobrecillo se habría asustado, se habría preguntado donde estaba, a su manera claro.
Venga a esperar, tengo bastante paciencia, así que esperé, sin embargo, no podía desprenderme de todo el barro que me rodeaba, al contrario, me iba hundiendo más y más a medida que pasaba el tiempo. En un momento determinado, extiendo los brazos para poder hacer fuerza hacia lo alto, oye, que se me posan un par de pájaros, gorriones, están festejando creo, se me quitan las ganas de moverme, ¡están tan bien ahí!, con sus trinos… que alegres son los pájaros. Leches, cada vez me hundo más, esto comienza a ser serio, y mi perro que no aparece, grito pidiendo auxilio, pero nadie me contesta, ¡que desesperación…! Ahora es el pánico el que se apodera de mí, en los dedos de los pies, siento cosquillas, ¿serán hormigas?, no sé pero es una cosa rara la que siento en mi cuerpo. Algo no sabría explicar qué es, comienza a adormecerse, me rinde, es como si me hubieran dado algún calmante fuerte que me mantiene en pie, a la espera de algo o alguien.
Mi perro pasa junto a mí después de varias horas, no lo puedo llamar, en ocasiones basta que le silbe, no puedo silbar. Mis cabellos crecen deprisa, la punta de mis dedos se alargan, como si quisieran llegar a algún lugar alto, ¡llevo tanto tiempo hundido en este lodazal…! no me quedan fuerzas para moverme, veo lo que sucede a mi alrededor, comienzo a observar con el paso del tiempo, lo hermoso que es el campo.
Con la noche, el viento cálido del sur, azota mi rostro, me gustaría mirarme en un espejo para verme, no creo que diera la imagen de tener miedo, no lo siento, para nada. Me duermo… Al rayar el alba, me despierto, es un despertar simbólico porque aun dormido he permanecido despierto. Me recuerda a mi perro, que a veces lo ves con los ojos cerrados, duerme pero no, dormita, siempre está atento a todos los ruidos, a una puerta que se abre en mitad de la noche cuando alguien en casa se desvela, o a un interruptor de luz para que se apague o encienda.
Hoy, es el primer día de mi nueva vida, pasa un montón de gente alrededor mío, buscan a alguien, dos chicas con unos chalecos de color naranja chillón, se sientan apoyándose en mi tronco, no soy demasiado ancho aun, llegan dos personas más con un perro, ¡mira igualito que el mío! Las arrugas de mi corteza, esbozan una sonrisa, no sé a que se debe, pero me gusta aquella gente. Si ahora tuviera que volver a mi casa… ¿por donde tendría que ir?, va, no me preocupa, ¡estoy tan bien aquí!, formo parte de este hermoso entorno, ¿y la música que a diario escucho?, es música celestial, eso es, celestial, porque son los pájaros los que la interpretan. Algunos de ellos no cantan bien, pero ahí está la gracia, el bosque no sería hermoso, si solo lo poblaran los pájaros que mejor cantan.
Ah… que delicia la lluvia, estira mi tronco, mis ramas, todo yo crezco, antes de eso, cuando era humano, cuando no estaba plantado, todo era rutina y desasosiego.


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