NO
SEAS TAN PESADA…
¡De verdad oye…, que manera de joder la marrana!, la llevo
pegada a mis pantalones todo el puñetero día, es que… hay que ver. Me acuesto…
ella conmigo, sea la hora que sea, esté con quién esté y como esté. Que me
levanto a mear por la noche… ella que se levanta conmigo y luego conmigo se
vuelve a acostar, Cojo el coche para ir al curro… ahí que me la encuentro, en
el asiento del copiloto. Hostias oye, así no se puede vivir tú… bueno de poder
vivir si se puede, pero jode tener que llevar siempre a alguien vayas donde vayas.
Y el
caso, es que no es nada discreta, encima, dentro de la cabeza la llevo metida,
su voz siempre diciendo… No aceleres por
aquí que hay radares, no te arrimes tanto al filo de la carretera que no hay
pretil, no bebas tanta cerveza que hay controles de alcoholemia, ¡joder!, y lo
bueno es, que a base de insistir, creo que estoy haciendo al final lo que me
dice que haga.
Una
de dos, o soy un gilipollas redomado, o soy un fantasma de los de pedigrí. Ha
llegado la primavera, he pillado un catarro de los que hacen historia, en mi
puñetera vida había tenido uno así. El médico me ha recetado unas vitaminas y
un anticatarral, no vaya a ser que ella, que siempre está a la que salta, me
diga algo inconveniente. Nos acercamos a la farmacia Que tal, ¿que te pongo? Iba a contestarle… una de bravas y una caña,
pero en la farmacia hay que ser serios.
¿Me das estos medicamentos? Pago
y nos vamos con ellos de vuelta a casa con la bolsita de plástico y las dos
cajas de chuches. Abro una para comenzar con las tomas y a mi lado… ¿Has leído las contraindicaciones?, has de
leerlas, venga… leo las indicaciones.
No
salgas al balcón sin taparte la boca, puede que lo que tengas sea además
alergia, me cago en la leche, ¡vete a la mierda…! Deja a los enfermos en paz
con su sufrimiento de una puñetera vez. De momento se calla, pero solo un
instante, en cuanto le doy la espalda, vuelve a la carga. No deberías estar tanto tiempo expuesto a la
corriente de aire, puede ser fatal mientras te medicas.
¿Cómo
te deshaces de alguien así, dime? ¿La matas?, no hombre tampoco es para tanto,
es pesada pero no hasta este punto de desear matarla. Entre otras cosas, porque
no puedes. Esta compañera, no es de las que se dejarían, el porqué te lo resumo
en tres palabras, es la muerte.
Sí
como lo oyes, mi compañera, esta tan pesada, tan absolutamente insufrible, la
llevo dentro del coco, no es una persona física, ocupa su espacio esto está
claro, pero lo ocupa dentro de la mente, y a veces… por mucho que te duela
reconocerlo, puede llegar a hacer que te vuelvas medio loco, o loco del todo,
¡vaya que si!.
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