domingo, 8 de junio de 2014

QUIERO SER CUALQUIERA.


                                         QUIERO SER CUALQUIERA


No todo el mundo puede decir lo mismo. Yo si, soy cualquiera, ser cualquiera puede que sea ser siempre el protagonista, la voz, el mensajero, el hombre. Otras, que son las más frecuentes, ser cualquiera es pasar desapercibido para casi todo el mundo, incluso para los que te conocen.
¿Cuantos de los amigos más apreciados, nos conocen a fondo? Es muy probable que pocos, y hasta en algunos casos, ninguno, siempre tenemos secretos, que estorban la visión completa, de las personas con las que tratamos. A mí, no me gusta que me vayan interrogando porque no me conocen lo suficiente, procuro que los demás, tengan la suficiente información mía, para que después de conocerla, pasen de largo. ¡Va uno más…!
Eso no significa, que uno vaya dando pistas falsas de la clase de persona que es o ha sido, eso no vale, es hacer trampas con uno mismo, y siempre resulta, que hacer trampas, interprétese decir mentiras sobre uno mismo, hace que se desvalorice como ser humano. No digo esto porque sea el más audaz, o el que más piensa, o que tiene mayor experiencia, no, solo expreso aquello que me ha tocado vivir, a mis tantos años, he podido constatar que la vida de una persona, es simplemente un ensayo.
Esto, llevado a otro nivel, es lo que hacen los médicos que me llevan para tratar de curarme, no, mal dicho, para tratar de que no avance la enfermedad que me atosiga. Ensayan, no pueden hacer más que eso, ensayar, ¡somos muy complejos los humanos!, alguien algún día podrá ver colgado este escrito en mi blog de Google, que alguien trate de explicarles, que doy todo cuanto tengo en mi cabeza, para tratar de esbozar con más o menos éxito lo que pienso, y eso estando tocado de la azotea –como se dice coloquialmente-.
Los que me conocen, y saben como me expreso, dicen que ni hablar, que estoy más sano que un ajo. Esa es en si, una poderosa razón que tienen para decir, que bien, que puedo pretender ser cualquiera, pero que no a cualquiera se le ocurren estas cosas, ni plasmarlas de forma tan lógica. No voy a entrar en razones con ellos, sobre los años que he pasado estudiando historia, filosofía, poesía, existencialismo y humanismo. Una buena parte de estos, no saben lo que es eso.
Pero en esta cabeza enferma, hay grandes momentos de lucidez, ¡como me complace tenerlos!, otras, no sabría hacer la O con un canuto, ¿quién me creería? Acelero y me paro, de pronto retrocedo y no recuerdo que acaba de pasar, ni quién ha estado en mi casa de visita. No juro que esto me pasa a diario, jurar quizás daría la razón a los que piensan lo contrario, pero es lo cierto, es más, el médico que me lleva actualmente, me cree, dice que es más que posible.
Lo comparo con un ciego que, perdiendo la vista, agudiza otros sentidos innatos en el hombre. Lo malo es sin embargo, que ha menudo me distraigo sin razón aparente, y cuando he terminado un capítulo de un libro que me entusiasma, y al día siguiente lo cojo de nuevo para seguir, ya se me ha olvidado y debo comenzar de nuevo el capítulo anterior. Que me crean o no depende de mí, eso es asunto de los demás, sacan sus propias conclusiones, deducen por experiencias vividas juntos, y determinan por lo tanto, que soy un cuentista.
Me gustaría mucho poder explicarles, el como y el porqué de estas reacciones mías, pero es inútil, no las comprenden, ese es el principal motivo por el que quiero ser cualquiera. Sea sano o enfermo, pero que pueda confundirme entre la gente, no llamar la atención de nadie, decir… ¡Que miráis, no existo, iros a hacer puñetas, pasar de mí!
Ni a esto tengo derecho, solo tengo derecho a no ser comprendido, aceptado, ni mi mujer, ahora ex, puede decidir, porque se ha dejado convencer por lo que más le importa, su familia.


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